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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cocina joven con toques mestizos

EDULIS, un pequeño restaurante en Madrid que se suma a la moda de la 'bistronomía'

José Carlos Capel

Si este restaurante mínimo, que apenas alberga a 14 comensales y atienden dos jóvenes cocineros -Víctor Iglesias y Luca Rodi-, llama la atención a quienes lo visitan, es porque constituye una fórmula de negocio con más interés del que a primera vista aparenta. Aunque el fenómeno de la bistronomía, que engloba esa cocina moderna y divertida que se tarifa a bajo precio (low-cost), ha tomado cuerpo en Barcelona con el movimiento bautizado con el término bistronomic por el periodista Pau Arenós hace poco tiempo, en Madrid también existen ejemplos que se ajustan al modelo.

Como afirma el agudo observador Philippe Regol al referirse al caso de Francia, por todas partes surgen fórmulas que emulan la alta cocina, que, a pesar de no cumplir con sus objetivos, son razonablemente económicas y cubren las apariencias. La cocina que brindan estos dos madrileños no es casera, como se podría suponer al primer golpe de vista, sino ecléctica, cosmopolita y con toques mestizos. Absolutamente contemporánea, urbana e informal, pero con un fondo de seriedad que merece respeto. Platos resultones, que se basan en los productos de temporada y juegan con las ocasiones que brinda el mercado para ajustar el nivel de sus precios.

EDULIS

5,5. Trueba y Fernández, 16. Madrid. Teléfono 912 20 75 19. Cierra domingo y lunes. Entre 40 y 50 euros por persona. Menú degustación, 43 euros. Huevos escalfados con hongos y espuma de patata, 15 euros. 'Risotto' verde con carabinero, 19,50 euros. Presa ibérica con puré de rúcola y yogur, 21 euros. Tarta fina de manzana, 4,50 euros.

Pan ... 6

Café ... 4

Bodega ... 5

Ambiente ... 6

Aseos ... 6

Servicio ... 6,5

Está bien la menestra de setas al estragón; son muy resultones los huevos escalfados con hongos boletus y espuma de patata, a los que perjudica ese aceite sintético de trufa blanca que se ha convertido en un castigo de rutina al que recurren no pocos cocineros; sorprende la calidad del foie-gras con puré de manzana a la vainilla, y pasan con más pena que gloria las flores de calabacín en tempura, rellenas de gambas, queso y puerros. Iglesias y Rodi, que están en la onda, saben de las últimas tendencias y han diseñado una carta en la que abundan los entrantes para dejar exigua notoriedad a los pescados y las carnes.

En el listado de primeros hay hueco para un agradable risotto vegetal con espárragos trigueros, rabiosamente verde, que se remata por un carabinero rojo, contraste de cromatismos que impresiona. Y también para un steak tartar de ternera bien aliñado, que se acompaña de un pésimo cucurucho de patatas fritas, frías y correosas.

Restaurante Edulis, en Madrid. Abajo, huevos escalfados con espárragos trigueros, boletus, espuma de patata y trufa.
Restaurante Edulis, en Madrid. Abajo, huevos escalfados con espárragos trigueros, boletus, espuma de patata y trufa.SANTI BURGOS

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PROPUESTAS FUERA DE LA CARTA

A LOS PLATOS de pescado, que fluctúan entre la ventresca de bonito y el salmón de Alaska con verduras, se suma alguna que otra sugerencia del día (corvina con pisto, rape con callos y chipirones), incluida una merluza asada, bien tratada pero de escaso valor gastronómico.Mejor suerte corren las carnes, a las que no escapan algunos platos de caza. Resulta más que correcta la presa de cerdo con puré de ruqueta al yogur, y son especialmente melosas las carrilleras de cerdo ibérico al vino con puré de apio.De vez en cuando, Luca Rodi, que atiende la sala, sorprende a su clientela con propuestas interesantes fuera de carta. Tal vez morcillo con puré de garbanzos, ensalada de perdiz escabechada a la naranja con langostinos, pichón con pochas, brandada de bacalao con verduras a la albahaca, o pato azulón presentado en distintas texturas. Si algo resulta ventajoso en esta casa, es la posibilidad de optar por las medias raciones. Desde los entrantes hasta las carnes, cabe optar por cantidades menos abundantes, que rebajan los precios de las facturas a niveles más que razonables y permiten diseñar menús a capricho con tres o cuatro especialidades.En esa línea se encuentra su menú degustación (43 euros, IVA incluido), que juega con opciones de la carta. Tampoco el número de postres es relevante. Resulta fina la tarta de manzana (puro hojaldre de mantequilla) y no desentona el fluido de chocolate con helado de mango, muy suave. La lista de vinos, con pocas pretensiones, alcanza justo para salir del paso.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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