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34 muertos en combates con Al Qaeda

La organización de Bin Laden asalta un cuartel y dos poblaciones en Irak

Al menos 34 personas murieron ayer -dos civiles, tres soldados iraquíes y 29 insurgentes- en varios ataques perpetrados por miembros de Al Qaeda contra el cuartel general de una milicia tribal suní en la periferia de Bagdad y contra dos poblaciones cerca de Baquba, la capital de la provincia de Diyala, en el centro del país.

Los miembros de Al Qaeda, vestidos de uniforme y utilizando un vehículo militar, asaltaron el cuartel en Howr Rajab, 10 kilómetros al sur de Bagdad. La milicia atacada está organizada por los jefes tribales con apoyo del Ejército de Estados Unidos para luchar contra Al Qaeda. En esa operación murieron tres soldados y 10 de los atacantes, informaron fuentes de los servicios de seguridad iraquíes. Según un testigo presencial, los atacantes empezaron a disparar con ametralladoras contra todo lo que se movía, informa France Presse. "El Ejército iraquí intervino en los combates", añadió el testigo.

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El ataque se produjo después de que en los últimos días fuesen distribuidas octavillas de Al Qaeda avisando a la población de "numerosas batallas futuras". "Estamos aquí, y os castigaremos. Destruiremos las casas y cortaremos las cabezas de los antiguos insurgentes que se han unido al Ejército norteamericano", decían las octavillas firmadas por un autoproclamado "Estado islámico en Irak", el brazo iraquí de la organización terrorista.

Muchos antiguos insurgentes se unieron a las fuerzas gubernamentales en el marco de un programa lanzado a principios de año por el Ejército de EE UU para movilizar a las tribus y a los suníes contra Al Qaeda.

La organización terrorista asaltó también dos localidades cerca de Baquba. Los habitantes de Al Qlaiyah y Kobat, organizados en milicias de autodefensa, respondieron a los ataques matando a 19 miembros de la organización de Osama Bin Laden. También murieron dos civiles.

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Un guardia de seguridad y un obrero, en el oleoducto de una refinería en el pueblo de Umm Quasar, al sur de Irak, ayer.
Un guardia de seguridad y un obrero, en el oleoducto de una refinería en el pueblo de Umm Quasar, al sur de Irak, ayer.EFE

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