Marilyn Manson, en negro lúgubre
El peculiar cantante estadounidense actúa mañana en el Bizkaia Arena
Independientemente de lo que indiquen los gurús de la moda para la actual temporada, el negro será el color predominante entre quienes se acerquen mañana al Bilbao Exhibition Centre. La mayoría de las prendas serán de ese color, y la oscuridad también presidirá el maquillaje, ya que la estética siniestra es la preferida por buena parte de los seguidores de Marilyn Manson, cadavérico cantante estadounidense que actuará en el Bizkaia Arena (20.45; 39 euros) precedido por Turbonegro. Será la cuarta escala de una gira europea en la que promociona el disco Eat me, drink me (Interscope-Universal).
Sus nuevas composiciones mantienen el habitual halo siniestro, tanto en el plano instrumental como en el lírico, y los propios títulos hacen alusión a tumbas, vampiros y mutilaciones, al Diablo y al Infierno. El CD puede contemplarse como "una herida abierta", principio de superación de la depresión en que le sumió la ruptura con Dita von Teese y otros problemas familiares, y supura rock de regusto industrial, pero también reserva hueco para los arreglos discotequeros que guían una bailable remezcla de Heart-shaped glasses.
La promotora CF Eventos reveló ayer que el artista ha solicitado que la decoración de su camerino en Barakaldo sea "de un negro riguroso" y que esté provisto de dos bombonas de oxígeno. Se habilitará un servicio de consigna en el que depositar "cámaras de foto y vídeo, punteros láser, pinchos, cadenas, botellas, latas y cualquier elemento que pueda atentar en contra de la seguridad de los artistas y del público".
Esas son las exigencias más curiosas de Marilyn Manson, un vocalista que irrumpió abruptamente en la escena rockera hace ya 13 años, cuando llegó a las tiendas su estreno discográfico y era promocionado entre el público como el mismísimo Anticristo.
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