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Sarkozy planta cara a la primera gran protesta social de su mandato

El presidente francés mantiene sus reformas pese a las huelgas

Los trabajadores del sector público de Francia escenificaron ayer la gran jornada de bronca social y caos que habían prometido al presidente Nicolas Sarkozy desde el día de su elección, el pasado mes de mayo.

Los transportes públicos cumplieron su séptimo día de huelga, y los funcionarios, profesores, sanitarios, carteros y controladores aéreos, entre muchos otros, se declararon en huelga y desfilaron en gran número por las calles de las principales ciudades de Francia. Pero Sarkozy decidió ayer romper su silencio de los últimos días y contraatacó: "No quiero que haya un vencedor y un vencido", dijo, "pero la reforma se hará, que nadie lo dude, aunque seguiré hasta el final abierto al diálogo, porque es mi deber".

En las calles se manifestaron más de 375.000 empleados públicos (700.000, según los sindicatos) en protesta por el deterioro de su poder adquisitivo y también contra la promesa de Sarkozy de reducir la Administración pública -actualmente integrada por casi seis millones de personas- por el sistema de no reponer más que a dos de cada tres funcionarios que se jubilen.

Sarkozy llamó a los sindicatos a solucionar el conflicto en las negociaciones que comienzan hoy.

Un trabajador de los ferrocarriles se manifiesta en Niza con una bengala en la mano.
Un trabajador de los ferrocarriles se manifiesta en Niza con una bengala en la mano.REUTERS

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