5.000 vueltas alrededor de Marte
La nave 'Mars Express' impulsa el estudio de la habitabilidad de los planetas
¿Qué condiciones debe tener un planeta para ser habitable? "No lo sabemos. Los planetas más parecidos que conocemos han seguido cada uno un camino diferente: la Tierra es habitable, Venus pudo serlo en el pasado y ya no lo es, y Marte... tal vez también ha dejado de serlo", explica Agustín Chicarro, responsable científico de la misión espacial Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA). "La vida en la Tierra es una cadena de acontecimientos enorme y compleja que no se limita al agua, la temperatura, la presión o una determinada distancia a la estrella. ¿Para que prospere la vida en otro lugar es necesaria una tectónica de placas que renueva la superficie del planeta? ¿Y una luna grande, como la nuestra, que estabiliza el eje de rotación evitando enormes bandazos climáticos? Queremos buscar respuestas a éstas y otras incógnitas clave", concluye Chicarro, que está ya pensando en la exploración futura de Marte.
No se han hallado grandes depósitos de agua helada fuera de los polos
De momento, Mars Express, que cumple esta semana el hito de las 5.000 órbitas alrededor del planeta rojo, ha aclarado muchas cosas sobre ese mundo vecino, como se constató en la conferencia celebrada la semana pasada en ESTEC (centro científico y tecnológico de la ESA, en Noordwijk, Holanda). Unos 300 especialistas debatieron los resultados de Mars Express y los retos de los próximos años, incluida una misión -aún sin concretar- enfocada a buscar rastros de vida allí: ExoMars.
Mars Express llegó a Marte a finales de 2003, por lo que lleva ya más de dos años marcianos (687 días terrestres cada uno) dando vueltas a ese planeta y tomando datos. "Hemos descubierto auroras boreales en latitudes medias allí, la existencia de metano en la atmósfera y hemos fotografiado el 40% de la superficie marciana. Estamos creando un sistema de información integral, es decir, una superposición de la geología, la morfología de la superficie, la mineralogía y la estructura del subsuelo, lo que nos da una visión tridimensional del planeta", destacó Chicarro.
No pudo faltar la investigación del agua de Marte en el balance de cuatro años de trabajo. "Con el radar Marsis, penetramos en el subsuelo del planeta rojo. Hemos llegado hasta 3,7 kilómetros en el casquete polar sur", explicó Jeffrey J. Plaut, del Jet Propulsion Laboratory (EE UU). "Tenemos el mapa completo del suelo de ambos casquetes polares, bajo el hielo".
Un objetivo de Marsis era buscar grandes depósitos de agua helada en latitudes medias del planeta, de los que detectó indicios una misión previa de la NASA. "No hemos encontrado pruebas inequívocas de esos depósitos de grandes cantidades de agua helada fuera de los polos", dijo Plaut. "Hemos descubierto unos depósitos donde puede que haya hielo subterráneo, pero es sólo en una zona limitada. Así que sigue abierta la pregunta de dónde está el agua de Marte".
¿Tiene que haberla? "Bueno... puede haberse evaporado, pero los rasgos geológicos (cañones, erosiones y canales) indican que debieron ser excavados por flujos de agua que ahora puede estar en depósitos a más profundidad de la que alcanzamos con el radar, o mezclada con roca y no la detectamos", contestó. Lo que parece claro es que el agua en estado líquido no es estable en el suelo de Marte.
Gerhard Neukum, de la Universidad Freie (Berlín), es el padre de la cámara de alta resolución (20 metros por píxel máximo), estereoscópica y de color, de la Mars Express. "Si se prorroga suficientemente la misión podremos fotografiar toda la superficie de Marte", dijo en Noordwijk. "Ninguna otra nave tiene una cámara así". Y Neukum ya está pensando en hacer otra para misiones futuras con resolución de tres metros por píxel.
Jean Pierre Bibring (Instituto de Astrofísica Espacial, Francia) es el responsable del Omega, instrumento de Mars Express que analiza la composición del suelo. "Es esencial", aclaró en Noordwijk, "porque, si te basas sólo en las estructuras y las imágenes que ves, puedes cometer errores graves. Por ejemplo, vemos en Marte rasgos que debieron formarse por un flujo de agua... pero al analizar la composición de las rocas hemos visto que no sería un flujo continuo sino esporádico, lo cual tiene implicaciones para la posibilidad de la vida allí". Para Bibring, el paso siguiente es montar en el vehículo de superficie de ExoMars una cámara avanzada capaz de analizar, por espectroscopia, cada píxel de cada fotografía y "conocer así la composición de cada grano de arena".
ExoMars es una misión muy ambiciosa, integrada por un vehículo de superficie y una estación fija, que podría partir en 2013. "Buscaremos moléculas orgánicas de tres tipos: unas que puedan asociarse con procesos biológicos actuales, como aminoácidos o bases nucleares como las del ADN y el ARN", explicó Jorge Vago, científico principal de la misión. "En segundo lugar, buscaremos en rocas evidencias morfológicas de colonias de bacterias. Por último, buscaremos el rastro de las moléculas orgánicas que llegan al suelo en polvo cometario y en micrometeoritos; pero no se han encontrado esas moléculas y la hipótesis es que hay sustancias oxidantes que las destruyen". ExoMars llevará un taladro para tomar muestras a dos metros de profundidad, donde las moléculas orgánicas estarían a resguardo de la radiación que esteriliza la superficie marciana.
Se trata de una misión optativa de la ESA -los países miembros fijan su contribución- que esta en fase de diseño. El proyecto es muy complejo, con experimentos y tecnologías novedosas para la ESA, como el vehículo todoterreno, el taladro o el sistema de toma de muestras. Para muchos, esta misión está demasiado enfocada en la búsqueda de vida en Marte, con el consiguiente riesgo de fracaso si no da con algo significativo. Vago no cree que sea concluyente: "Será muy difícil convencer a la comunidad científica, que, como es lógico, es escéptica. El saber si hubo vida en Marte probablemente exigirá un proceso de acumulación de evidencias".
Chicarro está perfilando el paso siguiente que podría dar la ESA en el planeta rojo: Mars Next. Sería una misión con un observatorio en órbita y cuatro sistemas de sensores en el suelo para estudiar procesos como la estructura y la actividad internas de Marte o la meteorología. "Nos ayudaría a definir las reglas de la habitabilidad de un planeta", resume.
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