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Touriño achaca el atraso de la Costa da Morte a la "incapacidad" del PP

Amplio despliegue policial para proteger la celebración del Consello en Muxía

El Plan de Dinamización de A Costa da Morte, que cuando esté finalizado habrá supuesto la inversión de 524 millones de euros en los 19 municipios de la comarca, se convirtió ayer en la estrella de la rueda de prensa posterior al Consello que la Xunta celebró en la localidad de Muxía, una de las más castigadas por la marea negra del Prestige hace ahora cinco años.

A Costa da Morte, subrayó el presidente Emilio Pérez Touriño ante un enorme mapa de la zona, es "un paraje envidiable con recursos de todo tipo". A pesar de eso, explicó, se ha convertido en "una fuente de atraso, envejecimiento y marcha de población" que no es sino "la expresión de la incapacidad del PP para darle un futuro y una salida". Esa razón es la que explica su decisión de celebrar el Consello en Muxía. "No para conmemorar sino para acordar, comprometer y responder con la respuesta más potente que nunca se pudo imaginar nadie en nuestra comunidad: casi 90.000 millones de las antiguas pesetas".

El presidente minimizó la importancia del despliegue de medios realizado por la Administración para que el Consello pudiese celebrarse en lo que fuera la zona cero del Prestige, así como el volumen de efectivos policiales desplazados para proteger a los conselleiros de dos manifestaciones. "El presidente de la Xunta está para dar cuenta de Política con mayúsculas", respondió.

Lo cierto es que la presencia del Gobierno en pleno en Muxía revolucionó la mañana del jueves en la localidad, poco acostumbrada a un despliegue policial que incluía más de un centenar de efectivos, incluyendo antidisturbios de la Guardia Civil. La vigilancia era visible en cada cruce de carreteras 15 quilómetros antes de llegar a Muxía. Además, tres coches oficiales de la Xunta recurrieron a la escolta de la Guardia Civil para abrirse camino en la carretera y llegar a tiempo al Consello, que comenzó a las 10.30 horas. La causa del despliegue de seguridad eran 20 ruidosos manifestantes contrarios al trazado del AVE a su paso por la mina de Serrabal y otros 80 que mostraban su rechazo contra el Plan de Acuicultura de la Xunta.Al término del Consello, y con el telón de fondo de los silbatos, los gritos y las sirenas de los manifestantes, Touriño repasó pormenorizadamente el estado de ejecución del plan diseñado por su Gobierno para la comarca de la Costa da Morte.

La nueva carretera Carballo-Fisterra, que consumirá 342 de los 524 millones de euros del plan es la medida principal con la que la Xunta quiere transformar el futuro de la comarca. En tres meses, prometió el presidente, se adjudicará el tramo Carballo-Berdoias (42 de los 62 kilómetros de la carretera), la mitad con características de autovía y el resto como corredor. Las obras comenzarán el año próximo y todo el vial estará terminado en tres o cuatro años.

Esta vez, subrayó Touriño, las medidas de la Xunta "no son sueños, humo ni papel". Y recordó la inversión prevista en el nuevo puerto de Brens, en Cee, que lo convertirá en el de mayor importancia de titularidad autonómica, la puesta a disposición el verano que viene de un millón de metros cuadrados de suelo industrial, las obras de saneamiento y depuración, el inicio del procedimiento para construir el parador de turismo de Muxía, pendiente desde el hundimiento del Prestige, y la creación de 216 kilómetros de caminos naturales.

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El Consello aprobó también en su reunión de Muxía el nombramiento de dos altos cargos: el secretario de Relacións Institucionais, Xoán Antón Pérez-Lema, que sustituye al destituido Antón Losada, y el secretario xeral de Relacións Exteriores, Julio Fernández Mato, que cubre la plaza que dejó vacante el dimisionario Santiago Gómez-Reino.

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