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Huelgas en Francia

La protesta estudiantil afecta ya a 36 universidades

Los grupos más radicales intentan sumarse al movimiento social

Hasta 36 de las 85 universidades públicas francesas estaban ayer afectadas en distintos grados por el movimiento de protesta de los estudiantes contra la ley de reforma de la enseñanza superior que concede autonomía a los centros educativos.

El texto legal, aprobado hace tres meses tras una serie de negociaciones con los principales sindicatos de estudiantes, se ha convertido ahora en el arma arrojadiza de los grupos más radicales que intentan sumarse a la protesta social con la esperanza de desencadenar una dinámica de huelga general.

Varios centros educativos cierran por temor a los enfrentamientos

Valérie Pécresse, ministra de Educación Superior y autora de la ley, convocó ayer a los principales sindicatos de estudiantes así como a la Conferencia de Presidentes (rectores) para analizar la situación.

Esta dinámica ha despertado a un sector habitualmente pasivo en la universidad, que ahora se moviliza en defensa de su derecho a acudir a clase, y especialmente en contra del modelo asambleario que controlan con habilidad los grupos de extrema izquierda. La exigencia de realizar un voto secreto para decidir la huelga ya ha provocado más de un enfrentamiento. Y es allí donde han ganado los partidarios de asistir a clase; los radicales han reaccionado bloqueando la entrada a los centros. Ayer, en París, en la Sorbona, varios piquetes impidieron la entrada al personal docente.

La policía intervino en varias ocasiones para garantizar el acceso a los centros, pero en muchos lugares las autoridades académicas optaron por cerrar los centros para evitar incidentes. Sin embargo, la anunciada presencia de estos grupos de estudiantes con los huelguistas del sector del transporte no ha pasado de ser anecdótica. Seis estudiantes, que el martes fueron detenidos por ocupar las vías del tren en Rouen, fueron puestos ayer en libertad con cargos por "obstruir la circulación ferroviaria".

Las universidades de Burdeos II y Montpellier II, así como las facultades de letras de Valenciennes, se unieron ayer al bloqueo. Grupos de estudiantes pertenecientes a la Coordinadora Nacional contra la Ley de Autonomía Universitaria (Cecau), que articula el movimiento de protesta en contra de los principales sindicatos estudiantiles como la UNEF, habían organizado barricadas en París XII-Créteil y en Chambéry, donde de todos modos las clases tuvieron lugar.

Por el contrario, en París X-Nanterre, donde el martes la policía se enfrentó a grupos de estudiantes armados con barras de hierro que pretendían bloquear el acceso a la universidad, la situación ayer era de calma absoluta. La falta de transportes públicos había dejado el centro desierto.

Otras universidades, ante la posibilidad de que se produjeran enfrentamientos entre estudiantes, partidarios y contrarios al bloqueo, optaron por el "cierre administrativo", como Aix-Marseille I, Rennes II, París IV-Sorbonne y Grenoble III.

Empleados de la empresa pública de ferrocarriles protestan en Lille, al norte de Francia.
Empleados de la empresa pública de ferrocarriles protestan en Lille, al norte de Francia.AFP

Los socialistas, ausentes

La oposición socialista está extrañamente ausente de este pulso entre los sindicatos y el Gobierno conservador. Las declaraciones de sus líderes muestran a las claras las contradicciones que en la familia socialista despierta un conflicto en el que, básicamente, un colectivo intenta conservar sus privilegios frente al resto de los trabajadores. Y también la absoluta inoperancia del Partido Socialista (PS) desde que fuera derrotado la pasada primavera por Sarkozy.

François Hollande, el primer secretario del PS, se ha limitado a criticar los métodos negociadores del Gobierno, evitando pronunciarse en favor de los huelguistas, en tanto que la supresión de los regímenes especiales de pensiones también formaba parte del programa de la candidata socialista Ségolène Royal. "Los franceses esperan que el Gobierno decida y mientras tanto sufren la huelga. Ahora el Gobierno manda una carta a los sindicatos. Hubiera podido hacerlo por teléfono", dijo ayer.

El ex primer secretario Henry Emmanuelli recordó la rebaja fiscal que Sarkozy concedió "a los más ricos del país". "Costó 15.000 millones de euros. ¿Cómo puede ahora pedir a quienes viven de una pequeña pensión que acepten una rebaja?", dijo.

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