CiU califica de "tomadura de pelo" que el tripartito vote dividido

El Gobierno y la oposición afrontan hoy en el Parlament el debate sobre el colapso en el servicio de Cercanías de Renfe en el área de Barcelona, una crisis en la que todos los partidos se sienten incómodos. El portavoz del principal grupo de la oposición, Oriol Pujol, de CiU, calificó ayer de "tomadura de pelo" que el Gobierno tripartito considere normal votar dividido en un asunto de esta importancia.

El debate se ha polarizado en torno a la petición de cese de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que reclaman todos los grupos, salvo el socialista. Esto significa que el Gobierno presidido por José Montilla se dividirá a la hora de votar la correspondiente resolución, cosa que sucederá probablemente el jueves a última hora de la tarde o el viernes por la mañana. Montilla y los consejeros de Economía, Antoni Castells, y de Política Territorial, Joaquim Nadal, ambos del PSC, votarán lo contrario que los consejeros Josep Lluís Carod, Joan Puigcercós, los dos de ERC, y Joan Saura, de Iniciativa Verds-Esquerra Unida. Los socialistas perderán la votación y la petición de cese prosperará.

Esta no es, sin embargo, la única causa de la incomodidad que este debate provoca. El Gobierno llega a él sin haber podido dar siquiera la impresión de que la crisis está controlada. Su línea de defensa ha sido recordar que las inversiones en las Cercanías ferroviarias sufren ahora las consecuencias de décadas de desatención. Para demostrarlo, el consejero Nadal denunció que durante los años que CiU apoyó a los gobiernos del Partido Popular los nacionalistas negociaron cambios en las leyes de presupuestos que suponieron rebajar en tres millones de euros las inversiones del Estado en las Cercanías de Barcelona. Los nacionalistas negociaron con el Gobierno que este dinero se invirtiera en obras ferroviarias de Girona y otros puntos. Sin embargo, al menos dos de estas obras alternativas nunca fueron ejecutadas. Es el caso de un paso a nivel en Flaçà (Gironès) y otro en Sant Feliu de Llobregat. Estos cambios en los presupuestos de 1999, 2000, 2001 y 2002 suponen, en opinión de Nadal, un "ataque a la línea de flotación" de CiU con vistas al debate de hoy.

Los republicaqnos se han desentendido de la necesidad de salvar la solidaridad del equipo gubernamental, preocupados exclusivamente por la urgencia de marcar perfil propio a cuatro meses de las elecciones. Su portavoz, Joan Ridao, restó importancia al hecho de que el Gobierno se divida "porque se debate un asunto que no depende de él, que no es de su competencia".

La moción que pide el cese de Álvarez ha sido presentada conjuntamente por ERC e ICV-EUiA, y obtendrá el apoyo de CiU. Pero el portavoz de ICV-EUiA, Jaume Bosch, aseguró que será la única coincidencia con la oposición.