Carteras en Bolsa
La salida a Bolsa de Criteria ha supuesto la entrada de las cajas de ahorros en los mercados de renta variable, y puede animar a entidades a operaciones de colocación de sus carteras industriales o de emisión de cuotas participativas. El acceso a los mercados de renta variable permite a las cajas fortalecer sus recursos propios y, por consiguiente, su solvencia, aspecto altamente relevante en el entorno actual. Asimismo, facilita a las entidades la captación de fondos con los que financiar su crecimiento, y les aporta una mayor visibilidad e imagen de marca, nacional e internacional.
En las corporaciones de participadas, su atractivo para el mercado depende en parte de la capacidad de ofrecer una cartera no replicable. Tienen más interés los vehículos con mayor peso de su inversión en empresas no cotizadas, a cuya propiedad es difícil de acceder por los particulares, e imposible de una manera diversificada. Este grado de atractivo se refleja en el descuento o prima con el que cotizan sobre el valor de mercado de su cartera.
El acceso a los mercados de renta variable permite a las cajas fortalecer sus recursos propios y, por consiguiente, su solvencia
El éxito de la colocación en Bolsa de sociedades de cartera estará vinculado a la capacidad de diferenciarse de otra tipología de vehículos de inversión en empresas, principalmente, entidades de capital riesgo. Las carteras de las cajas tienden a caracterizarse por una política de inversión más conservadora y de fase más avanzada de desarrollo de la participada, y por no recurrir a las compras apalancadas con deuda. Además, las corporaciones pueden invertir en el sector financiero, al que las entidades de capital riesgo no tienen acceso.
En el caso de las cajas, el atractivo de su cartera de participadas estará condicionado por la percepción de transparencia en la gestión y por la clara delimitación del negocio de la entidad matriz y de su cartera. Resulta inexcusable la puesta en práctica de políticas de buen gobierno corporativo, con protocolos entre la caja y su vehículo de participadas, que garanticen la protección del accionista que participa en el vehículo, pero no en la entidad.
Pablo Mañueco y Arturo Rojas son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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