"Lo artesanal es más auténtico"
Alexander Petrov recibe el homenaje del Festival de Animación de Córdoba
Alexander Petrov (Prehistokie, Rusia, 1957) es enjuto y austero en el vestir. Este dibujante, ganador de un Oscar en 1999, duda a la hora de definirse: "A menudo me considero un artesano y me encuentro cómodo en ese papel. Pero me gustaría sentirme como un buen dibujante, aunque no siempre creo que lo sea. Y también soy autor de mis películas...
Probablemente es para lo que yo he nacido, para hacer películas". Petrov es el invitado de honor del tercer Festival Internacional de Animación, Animacor, que se ha celebrado durante esta semana en Córdoba. Hoy sábado el dibujante ruso ofrece una clase maestra en la Filmoteca de Andalucía a partir de las 17.00.
"A partir de la literatura empieza a funcionar mi propia experiencia"
Desde que en 1981 realizó su primera película de animación, Petrov se ha servido de la literatura, en muchas ocasiones de los maestros rusos, para crear. "El problema reside en que soy un mal guionista. Me cuesta escribir o explicar una idea propia. Por eso me resulta más fácil acudir a la literatura que ya ha tratado lo que yo pienso. En la literatura encuentro la estructura, algunas imágenes y secuencias y determinados detalles que le faltan a mi imaginación".
Y fue de la mano de la literatura como Petrov logró el reconocimiento de la Academia de Cine de Hollywood a finales de los años noventa. Logró la estatuilla con su adaptación de El viejo y el mar, del escritor Ernest Hemingway. Pero Petrov también ha ofrecido su versión dibujada de Fiodor Dostoievski en The Dream of a Ridiculous Man (1992). "A partir de la literatura empieza a funcionar mi propia experiencia. La elección suele ser intuitiva, no hay selección racionalizada, pero siempre parto de una sensación del momento propio, de una idea propia. Y normalmente en mi caso suele acabar en la literatura rusa".
Petrov se siente cómodo en ese realismo ruso, entre las obras de Tolstoi o Chéjov. De hecho, su forma de dibujar ha sido calificada en ocasiones como realismo romántico. Petrov pinta al óleo sobre cristal. Y utiliza varios cristales para crear sensación de profundidad. Además, sus creaciones siempre están envueltas en una especie de bruma que hace que las figuras no aparezcan claramente perfiladas. Petrov llega incluso a pintar con sus dedos.
"Hubo un periodo en mi vida en el que yo estaba preocupado por el hecho de que las nuevas tecnologías digitales limitaran al dibujante, porque le obligan a adaptarse a la técnica. Pero hoy tengo que decir que la tecnología no es lo principal y hay varios ejemplos en los que los artistas superan esos obstáculos tecnológicos y pueden expresarse. Sin embargo, creo que lo artesanal, lo hecho a mano, sigue siendo algo más cercano a la verdad, más auténtico, más natural. Más emotivo en comparación con los productos que salen de una máquina".
Animacor se cierra hoy con una gala en Montoro (Córdoba), donde se entregarán los premios del festival, que había seleccionado 23 obras. El jurado -compuesto por Oscar Grillo, Joanna Quinn, Pilar Ortega, Pedro Delgado y Carlos Varela- ha concedido el premio al Mejor Largometraje a la película vasca Cristóbal Molón, de Aitor Arregi e Íñigo Berasategi. En la categoría de cortometrajes la mejor cinta ha sido la canadiense Madame Tutti-Putli, de Chris Lavis y Maciek Szczerbowski.
El premio a la Mejor Serie de Televisión ha recaído en la británica Shaun the Sheep: Still Life, de Chris Sadler. Además, el Premio RTVA a la Creación Audiovisual Andaluza ha sido para El Retrato Oval, producida y dirigida por José Frías Carmona. Por último, un jurado infantil ha escogido a la cinta francesa Bali: Mateo-Mon Nouveau Copain!, de Virgile Trovillot y Jean-Sébastian Vernerie, como mejor serie infantil.
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