_
_
_
_
Dos mundos literarios suben al escenario

'La plaça del Diamant' del TNC apuesta por la espectacularidad

El montaje sobre la novela de Mercè Rodoreda se estrena el próximo martes

Animales, imágenes en vídeo y niños. Muchos directores de escena, entre ellos el director Toni Casares, coinciden en que cada uno de estos tres elementos puede complicar enormemente la creación de un espectáculo. Él se enfrenta simultáneamente con los tres en La plaça del Diamant, la adaptación teatral de la novela de Mercè Rodoreda.

Benet i Jornet dice que la autora estaría interesada en el proyecto

Tres ingredientes que añaden complejidad a un montaje en el que se ha apostado por la espectacularidad y por la fidelidad a la autora. Josep Maria Benet i Jornet firma la dramaturgia de la obra que, con varios retrasos sobre la fecha inicialmente prevista, recalará a partir del próximo martes en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya, donde se verá hasta el 20 de enero.

Sergi Belbel, director del TNC, confesó ayer que la maquinaria de la obra se puso en marcha hace tan sólo nueve meses, cuando el teatro trabaja habitualmente con un año de antelación. Benet i Jornet aceptó hacerse cargo de la adaptación porque, pese a la premura, partía de una buena base: tiempo atrás, para un proyecto entonces abortado, ya se había sumergido en la historia para trasladarla al escenario. Y además conoció personal y profesionalmente a Rodoreda. "Creo que estaría apasionadamente interesada en este proyecto", asegura. El principal reto de su trabajo ha consistido en la necesidad de convertir el monólogo interior del personaje en un diálogo. Unas voces en off recuerdan la fórmula literaria escogida por la escritora.

Sílvia Bel, Marc Martínez y Carles Martínez encabezan un reparto compuesto por casi una treintena de actores. La escenografía, de Jordi Roig, recrea "de una manera esencializada", según Casares, la plaza que da nombre a la novela, testigo de la evolución vital de una mujer marcada por la guerra y la posguerra, que no acaba de encontrar su lugar en el mundo. Son cuatro horas de espectáculo.

Marc Martínez, como Quimet, asume "un papel que es un bombón: representa la sencillez que tanto me gusta de las personas". Y Carles Martínez, como Antoni, el segundo marido de la protagonista, tiene ocasión de acercarse a "un personaje muy próximo, muy propio de una época. Personas que bajo una apariencia gris son los verdaderos héroes porque contribuyeron, piedra a piedra, a levantar el país".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_