Jugar, viajar, jugar...
Escribo mi primer artículo para EL PAÍS desde Toronto aunque, si os interesa la NBA, no os aburro y os animáis a leerme, tal vez cuando lo hagáis me encuentre en Milwaukee o en Toronto, pero tras haber regresado de New Jersey o... en fin, que pierdo la noción de tanto viaje y de tanto partido. Pero ése es también uno de los atractivos de la NBA. Jugar sin parar, competir sin caer en el aburrimiento. Esta semana es especialmente ajetreada. Vamos a empezar con el primero de los 22 back to back que nos espera esta temporada. Aquí se llama back to back a la sucesión de partido, viaje, partido en dos días. 44 de los 82 partidos que debemos disputar hasta abril serán así; jugar, viajar, jugar. En este caso viajaremos a Milwaukee, jugaremos allí el día 6 y el día siguiente, de vuelta en Toronto, recibiremos a Orlando.
Son días complicados. Cuesta un poco calentar motores debido al cansancio de los viajes. Los partidos acostumbran a disputarse a las siete de la tarde. Con un poco de suerte, y gracias a que viajamos en un avión privado que pertenece a los Raptors, podemos estar de vuelta en Toronto sobre las dos de la madrugada. El día siguiente, a las doce tenemos una reunión de equipo para ver algún vídeo. Comemos todos juntos, hablamos del partido y nos vamos otra vez a la cancha para jugar de nuevo.
Esto no ha hecho más que empezar y en Toronto estamos muy ilusionados porque tenemos un proyecto más consolidado que el año anterior. No partimos como favoritos. New Jersey, Boston o Chicago son los equipos de los que más se habla como candidatos a dominar en la Conferencia Este. Eso nos puede beneficiar porque no tenemos esa presión. Aquí, todo el mundo aguarda -o aguardaba- con especial expectación el partido que debemos jugar contra los Celtics. No me extraña. Han formado un excelente equipo, con Garnett a la cabeza. Ya he jugado antes con él. No, no he hablado con él porque no solemos hacerlo cuando estamos concentrados para jugar un partido. Además de ser el mejor reboteador de las últimas temporadas, destacaría que es muy buen pasador y lleva varios años promediando más de diez puntos, diez rebotes y cinco asistencias por partido. Por mucho que le defiendas fuerte te puede superar gracias que tiene unos brazos muy largos y cuando juega en el poste bajo aprovecha para hacer valer su buen tiro de reverso por encima del defensor.
Además, los Celtics cuentan con Paul Pierce, una estrella de la Liga que tal vez está en un equipo en el que no se le ha dado todo el valor que verdaderamente tiene. Una de las claves por las que pienso que los Celtics van a triunfar es que sus figuras, Garnett, Pierce y Allen, son muy veteranos, inteligentes, van a asumir la responsabilidad y no van a entrar en una guerra de egos, y eso, en una Liga como esta resulta esencial. De los egos podemos hablar otro día. Me voy... volando.
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