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SAN SIRO Y EL 'CALCIO' | Fútbol internacional
Columna
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Gol de Kafka

Sábado, 27 de octubre. Zalayeta, delantero del Nápoles, entra en el área a toda velocidad, con la punta de la bota alarga la pelota a un costado de la desesperada salida del portero y vuela por encima de él, cayendo al otro lado. Penalti. Amarilla al portero (Buffon). Protestas pertinentes. Gol, 3-1 definitivo. Excepto que...

1. En la imagen de televisión se observa que Buffon, en su salida, no toca a Zalayeta.

2. El presidente del Juventus se lamenta públicamente del arbitraje.

3. El domingo, el presidente del Nápoles promueve la moviola in campo, el uso de imágenes para juzgar durante el partido este tipo de acciones.

4. El lunes, el giudice sportivo sanciona a Zalayeta con dos jornadas por simulación de conducta antideportiva.

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5. Aparecen unas imágenes distintas, tomadas por la televisión local, donde la controvertida acción se puede observar desde un ángulo diferente de las imágenes originales.

6. El Nápoles, basándose en estas nuevas imágenes, recurre la sanción. En aquéllas se observaría cómo el defensa juventino Legrottaglie toma de la camiseta al delantero milésimas antes de su encuentro con Buffon.

7. El martes se reúne la corte di giustizia sportiva. Apoyándose en estas imágenes, la corte concluye que además del tirón se percibe un contacto previo entre la pierna de Legrottaglie y la del jugador del Nápoles.

8. A Zalayeta le quitan la sanción.

9. El árbitro es sancionado con un mes de inactividad y un probable descenso a la serie B.

Hemos asistido en los últimos años a un proceso de transformación del fútbol y sus reglas claras en otras absurdamente complicadas y contradictorias. Este fútbol kafkiano comienza en el césped el fin de semana y continúa como un trámite puramente administrativo. Algunos señores se reúnen con buenas intenciones, control remoto en mano, escudriñando la imagen, asomándose a un costado de la pantalla del televisor buscando una profundidad que no existe, intentando tres días después del partido, en cámara lenta y en dos dimensiones, descifrar la verdad, hacer justicia. ¿Zalayeta fingió? ¿Resbaló? ¿Perdió el equilibrio? ¿Lo empujaron? ¿Saltó por encima del portero para no golpearlo? ¿Para no golpearse? ¿Le agarraron y llegó descoordinado? ¿Saltó esperando el contacto para buscar intencionadamente el penalti y erró la distancia? Probablemente ni siquiera Zalayeta mismo sepa qué sucedió en esos instantes.

Juzgar acciones de contacto con imágenes televisivas no da certezas y solamente complicaría un juego que en su esencia y reglamento pide continuidad. Aún más difícil se pone la situación cuando lo que se quiere juzgar es la intencionalidad. Reinterpretar una decisión arbitral es convertir al árbitro en obsoleto. Reinterpretar la reinterpretación es rizar el rizo.

Reivindiquemos la difícil tarea del árbitro, no le quitemos autoridad. Más adelante la televisión podría utilizarse para los casos de gol fantasma. Por lo pronto dejémoslo para juzgar aquellas agresiones que el árbitro no pudo ver. Y lo pitado, pasado está.

Zalayeta (a la izquierda) es acosado por Molinaro, del Juventus.
Zalayeta (a la izquierda) es acosado por Molinaro, del Juventus.ASSOCIATED PRESS

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