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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La otra Madeleine

Javier Ocaña

Sí, estamos ante la famosa película que ha debido retrasar su estreno en el Reino Unido a causa de su parecido con el caso McCann. Sí, trata el secuestro de una niña de cuatro años. Sí, el personaje de ficción y Madeleine se parecen como dos gotas de agua. De modo que, cumplido el expediente informativo de las morbosas, y sorprendentes, semejanzas, dediquemos espacio a Adiós, pequeña, adiós, película lo suficientemente buena para caminar por sí sola.

Después de obtener un Oscar al mejor guión (junto a Matt Damon) en 1998, por El indomable Will Hunting, Ben Affleck se había volcado en su devaluada carrera como actor, lo que había hecho que más de uno especulara sobre la verdadera capacidad del intérprete para escribir. Casi una década después, y basándose en una novela de Dennis Lehane, se ha defendido como mejor debía: con un gran trabajo no sólo de escritura, sino también de puesta en escena. En su debut como director, Affleck recupera la fórmula que hizo que algunas cintas de los setenta convirtieran la década en irrepetible: aplicar a una ficción determinadas coordenadas técnicas del documental, para otorgarle una cercanía, una credibilidad y una garra imposibles de dotar a través de la creación indirecta. Como en algunas de los mejores filmes de Scorsese, Pollack o Altman, las escenas de exterior, de retrato de barrio, de la sociedad que mira, vigila, envuelve e interactúa con la trama están filmadas desde lejos, con teleobjetivo, sin aviso previo a sus protagonistas. Porque en Adiós, pequeña, adiós tan importante es la negrura de su intriga como la sociedad en la que se enmarca.

ADIÓS, PEQUEÑA, ADIÓS

Dirección: Ben Affleck. Intérpretes: Casey Affleck, Michelle Monaghan, Ed Harris, Morgan Freeman. Género: intriga dramática.

EE UU, 2007.

Duración: 115 minutos.

Más información
"Siempre actué como un cineasta con la esperanza de llegar a serlo"

Sucio, áspero e incómodo, el filme pone sobre la mesa debates actuales (los niños de Chad no están lejos) con la perspicacia del que se cuestiona a sí mismo. Sin poder dar respuestas concluyentes.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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