Guipúzcoa abrirá la AP-1 casi un año después que Álava
Problemas en un túnel retrasarán la Eibar-Vitoria hasta finales de 2008
El descubrimiento de anomalías geológicas imprevistas durante la ejecución del túnel de Isuzkitza (antes conocido como Arlabán), de 3.377 metros de largo y que sirve de unión entre Guipúzcoa y Álava, va a motivar un retraso de casi un año en la conclusión del tramo guipuzcoano de la autopista AP-1 (la Eibar-Vitoria), según informó ayer el diputado guipuzcoano de Carreteras, Eneko Goia. Esta incidencia supone que el corredor guipuzcoano sufrirá un desfase de unos 12 meses con respecto al alavés, que podría estar terminado a comienzos del año próximo.
La mala suerte acompaña la construcción de esta infraestructura. Esta última incidencia se suma a los graves daños causados en octubre de 2006 por unas voladuras en el barrio Musakola de Mondragón, donde tres personas resultaron heridas y varios coches y edificios dañados tras recibir el impacto de varias piedras despedidas por las explosiones controladas durante las obras del tramo Mondragón-Eskoriatza. En enero de 2003 se cayeron tres dovelas de 40 toneladas de peso del viaducto de Larreategi (75 metros de altura), sin daños personales.
La Eibar-Vitoria, la tercera autopista de peaje de Euskadi, le va a costar 600 millones de euros a la Diputación guipuzcoana para construir 31,9 kilómetros. Ahora es víctima del mal de la anhidrita, un material encontrado a 300 metros de profundidad y que pone en peligro la seguridad del túnel de Isuzkitza, que será el más largo de la comunidad autónoma. Goia informó de que se han localizado nueve vetas de anhidrita en la galería izquierda y otras siete en la derecha, todas ellas en el tramo guipuzcoano.
Sobrecoste sin precisar
De la longitud total del túnel, 2.077 metros se hallan en territorio guipuzcoano y los 1.200 restantes, en Álava. La anhidrita aumenta su volumen hasta un 60% por hidratación y eleva considerablemente la presión que ejerce el terreno sobre el revestimiento del túnel, lo que obliga a reforzarlo para evitar desprendimientos y levantamientos de calzada, explicó el diputado. Las vetas se encuentran ubicadas de forma discontinua a lo largo de 900 metros.
Las catas geológicas no hallaron estas anomalías en el terreno, que comenzarán a corregirse a partir del jueves. Los trabajos sobre los puntos afectados por la anhidrita se prolongarán hasta septiembre de 2008. Teniendo en cuenta que a continuación quedará la instalación de los equipamientos de control y seguridad del túnel, Goia calculó que el último tramo de la autopista (Eskoriatza-límite con Álava), adjudicado en 192 millones a las constructoras Ferrovial y Sobrino, no estará culminado hasta finales del año que viene.
Este hecho hace imposible cumplir el compromiso que durante el pasado mandato adquirieron las diputaciones de Álava y Guipúzcoa de poner en servicio la totalidad de la AP-1 el 1 de enero de 2008. Goia no pudo precisar ayer el sobrecoste presupuestario que tendrá esta nueva incidencia.
29 pilares dañados en una obra nueva
El problema registrado en la variante de Astigarraga, de reciente construcción, es más grave de lo previsto. Abierta en diciembre de 2006, esta carretera de 3,2 kilómetros de longitud y un coste de 41,3 millones, fue cerrada al tráfico a comienzos de este mes tras descubrirse grietas en 29 pilares que sujetan tres estructuras de la variante.
Las deficiencias encontradas han obligado al cierre inmediato de la carretera por orden de la Diputación hasta reparar los despefectos. Los defectos se encuentran en la armadura metálica de los pilares. Las causas de su aparición sólo diez meses después de abrirse la vía al tráfico se desconocen aún.
El Departamento de Carreteras considera "muy grave" este hecho y ha solicitado un informe a la empresa contratista, una UTE formada por Acciona y Amenabar. La obra se encuentra en garantía, por lo que el coste por estos desperfectos no podrá imputarse a la Diputación, señaló ayer el diputado Eneko Goia.
Las grietas no sólo afectan a uno de los pilares de la variante, como inicialmente se dio a conocer. Goia explicó ayer en las Juntas Generales que se encuentran dañadas 15 columnas del viaducto de Hernani (de 475 metros de largo), cuatro del viaducto de Eizmendi (115 metros) y 10 soportes de la rotonda de Astigarraga. La medida "drástica" tomada por la institución foral ha supuesto volver a dirigir el tráfico a través del casco urbano de esta localidad, que soporta el paso diario de más de 20.000 vehículos.
Al malestar de los usuarios se suma el del consistorio, que se enteró del cierre de la variante por los medios de comunicación, según afirmó recientemente el alcalde, Vicente Arrizabalaga, de EA, ante quien se tuvo que discukpar personalmente Goia. El diputado anunció que las molestias se prolongarán hasta "primeros de diciembre". En todo caso, para rebajar el grado de alarma causado por el cierre de la variante, aseguró que las deficiencias no hubieran producido la caída de los viaductos, sino que hubiesen "anticipado su deterioro".
Antes de abrirse la variante de Astigarraga, calificada por los responsables forales como una obra "modélica" y "moderna", hubo de superar una prueba de carga de más de 800 toneladas de peso (24 camiones de 33,5 toneladas cada uno).
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