Un pie en cada extremo
A Barcelona el tango le sienta bien. Las pasadas euforias por el baile han dado paso ahora a un interés más centrado en la voz y los nuevos caminos de este estilo musical. El público, elemento esencial para que una música se implante, existe. En la noche del viernes quedó claro cuando la argentina afincada en Barcelona Sandra Rehder prácticamente llenó la sala pequeña del Auditori.
Rehder no se alinea ni con la tradición, ni con la modernización del tango. Tiene un pie en cada extremo y mantiene muy bien el equilibrio. Composiciones recientes se enlazan con temas clásicos, y de tanto en tanto afloran unas gotas de humor y buenas dosis de poesía. Tango y poesía se dieron la mano mostrando que, en el fondo, pueden ser una misma cosa. Los poemas dichos con credibilidad son el puente que une las canciones, dando al espectáculo una continuidad más teatral que musical. En ese punto Rehder también tiene mucho que decir porque sus interpretaciones son muy teatrales, pero sin caer nunca en el histrionismo. Sobre el escenario tiene carisma y utiliza hábilmente los tópicos.
Sandra Rehder.
Auditorio, Barcelona
26 de octubre.
Cuando se soltó la melena, pocas veces por desgracia, el espectáculo subió muchos enteros. Faltaron dosis de sana locura, como si Rehder tuviera miedo a dejarse ir.