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El SPD da un giro a la izquierda en busca del electorado perdido

La socialdemocracia alemana acaba su congreso con un plan progresista

El congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) aprobó ayer en Hamburgo un nuevo programa con sólo dos votos en contra de los 525 delegados. El programa imprime un claro giro a la izquierda a la socialdemocracia alemana. El nuevo programa y las expresiones críticas contra la democracia cristiana (CDU / CSU) y la canciller Angela Merkel se recibieron con fuerte rechazo por parte del socio en la gran coalición que gobierna en Alemania y debería resistir hasta las elecciones de 2009. Por el contrario, dirigentes del partido La Izquierda saludan el giro del SPD y ya ven entornada la puerta para una posible coalición izquierdista en el futuro.

"De socialismo ya tuvimos bastante en la RDA", afirmó Angela Merkel

El congreso del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) aprobó ayer en Hamburgo un nuevo programa con sólo dos votos en contra de los 525 delegados. El programa imprime un claro giro a la izquierda a la socialdemocracia alemana. El nuevo programa y las expresiones críticas contra la democracia cristiana (CDU / CSU) y la canciller Angela Merkel se recibieron con fuerte rechazo por parte del socio en la gran coalición que gobierna en Alemania y debería resistir hasta las elecciones de 2009. Por el contrario, dirigentes del partido La Izquierda saludan el giro del SPD y ya ven entornada la puerta para una posible coalición izquierdista en el futuro.

Tras cinco horas de debate, el nuevo programa del SPD, el tercero desde la fundación de la nueva República Federal de Alemania, se aprobó con una mayoría que envidiarían los dirigentes de los tiempos del socialismo real: casi unanimidad, con sólo dos votos en contra. El programa de 36 páginas incluye el término socialismo democrático, que había caído en desuso, y se define como un orden social que garantice los derechos fundamentales para todos y una vida "sin explotación, represión y violencia".

El congreso aprobó cuanta propuesta progresista se presentó a votación: ampliar el periodo de cobro del seguro de paro a los mayores de 40 años, limitación de velocidad a 130 kilómetros por hora en las autopistas, privatización de los ferrocarriles con fuertes limitaciones para impedir que caigan en manos del capital especulativo, introducir la voluntariedad en el servicio militar, salario mínimo de 7,50 euros la hora, ampliar de 25 a 27 años la edad de percibir la subvención por hijos, rechazo de las medidas represivas que trata de aprobar el ministro federal del Interior democristiano, Wolf-gang Schäuble.

El secretario general de la democracia cristiana (CDU), Ronald Pofalla, ya declaró ayer que su partido bloqueará todos los intentos del SPD de llevar adelante en el Gobierno esos acuerdos del congreso de Hamburgo: "La CDU se encargará de que nunca se conviertan en política de gobierno las resoluciones enemigas del crecimiento económico aprobadas por el SPD".

Merkel declaró: "No necesitamos para nada un retroceso hacia el socialismo como el de los socialdemócratas. De socialismo ya tuvimos bastante en la RDA", la desaparecida Alemania comunista de donde procede la canciller.

Merkel se convirtió en blanco de los ataques de destacados socialdemócratas. La que llegó más lejos fue la nueva vicepresidenta del SPD, la diputada izquierdista Andrea Nahles, que calificó a Merkel de "somorgujo en política interior que siempre pesca sumergido cosas para adornarse y no sale fuera a pescar por miedo a que le caiga un palo encima". Se pregunta Nah-les "cuánto tiempo aguantará Alemania a un somorgujo como canciller". Portavoces democristianos calificaron de "desvergüenza" estas declaraciones.

Lo aprobado en Hamburgo no facilita el gobierno y la convivencia en la gran coalición, pero no cabe duda de que, como dijo el vicecanciller y ministro federal de Trabajo, Franz Müntefering: "Ahora viene la vida cotidiana". Convertir en política de gobierno las resoluciones y el programa de Hamburgo parece una tarea imposible que puede dejar convertido el congreso en un simple ejercicio de catarsis colectiva para mejorar los decaídos ánimos de una socialdemocracia por los suelos en los sondeos de intención de voto.

Franz Müntefering pasa por detrás del presidente del SPD, Kurt Beck.
Franz Müntefering pasa por detrás del presidente del SPD, Kurt Beck.AFP

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