Multitudinaria despedida al alcalde de Polop asesinado

Polop despidió ayer en un ambiente muy emotivo a su alcalde, Alejandro Ponsoda, asesinado de un tiro en la cabeza. Muchos lloraban. Un millar de vecinos y numerosos responsables políticos -entre ellos consejeros como el de Infraestructuras, Mario Flores, o la de Turismo, Angélica Such, el portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antoni Bernabé, o la subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares- acompañaron a los restos mortales del alcalde durante la misa funeral celebrada en la parroquia San Pedro Apóstol de la localidad. "Estamos aquí aguantando el tirón. El pueblo está lleno de tristeza porque era una persona buena, un alcalde muy querido", explicaba Joaquín Martínez, un vecino.

El párroco del pueblo reclama que la justicia "haga su trabajo"

Durante el funeral, el cura-párroco de Polop, Manuel Porcel, señaló que el pueblo está "abrumado" por un hecho "con sabor a injusticia". "Ha aterrizado en la plaza de nuestro pueblo la presencia del mal", aseguró Porcel. El párroco también mostró su esperanza en una pronta aclaración del asesinato y de su autor o autores. "Esperemos y confiemos en que la justicia haga su trabajo", dijo. Durante su homilía, el sacerdote pidió que el Ayuntamiento dedique una plaza o ponga el nombre del alcalde fallecido a alguna iniciativa. Tras el funeral, los restos mortales de Ponsoda fueron trasladados al crematorio de la Marina Baixa, para su incineración.

Ponsoda falleció en la madrugada del sábado tras permanecer ingresado en el Hospital General de Alicante desde que ocho días antes recibiera varios disparos a la puerta de su domicilio, en la pedanía de Xirles de la localidad de que era alcalde. Tenía 55 años y llevaba doce al frente del Consistorio. Uno de los disparos le alcanzó en la cabeza y fue mortal. La investigación mantiene abiertas varias líneas de trabajo. Inicialmente se apuntó a una disputa urbanística como posible motivo de la agresión pero el abanico de la investigación se ha ampliado también al ámbito personal.