Rajoy reivindica "toda" la historia
Camps forzó que Fabra se sentara más cerca del líder que Zaplana
Era el gran acto de la unidad del partido, el de la consagración de Mariano Rajoy como candidato a las generales ante miles de fieles, pero empezó con mal pie. Unos minutos antes de que entrara la plana mayor del PP en la feria de Valencia -un recinto que hizo la Generalitat valenciana y que costó 641 millones de euros, el doble de lo previsto- había una gran tensión en las primeras filas. El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra -imputado por la posible comisión de delitos de tráfico de influencias y fraude fiscal-, se sentaba en segunda fila. Estaba previsto que Eduardo Zaplana, número tres del partido y gran rival del presidente valenciano, Francisco Camps, se colocara junto a Ángel Acebes y Mariano Rajoy, en un lugar destacado. Pero en el último minuto, el equipo de Camps lo impidió, y colocó en ese lugar preferente a Fabra y a los otros dos presidentes de Diputación, desplazando a otros dirigentes nacionales.
Ajenos a toda esta tensión, que evidencia las dificultades para que Zaplana encabece la lista valenciana en las generales, miles de fieles -15.000, según el PP- aclamaron a un líder presentado con un vídeo hagiográfico en el que se le define con una frase de Aristóteles: "Piensa como piensan los sabios, pero habla como la gente sencilla".
Pese a la multitud, el acto quedó un tanto deslucido si se compara con los fastos en la plaza de toros que acostumbra a organizar el PP, pero ayer llovía. Sin embargo, Rajoy cumplió el objetivo de exhibir su liderazgo ante todos los barones del partido. Lo hizo con un discurso completo que resume su ideología y su mensaje para las elecciones. Logró emocionar al auditorio al hablar de España -28 veces pronunció esa palabra y 10 nación- y arrancó gritos de "¡Viva España!" e incluso "España, una, y no 51", lema clásico del nacionalismo español.
Lejos de la política del "sin complejos" que defendía su mentor, José María Aznar, Rajoy se presentó "con humildad y con modestia", admitió que ha vivido "momentos muy duros" e incluso que ha fallado. "A veces me he equivocado. Os aseguro que he aprendido de mis errores", dijo entre aplausos.
Rajoy -que evitó cuestiones de actualidad como el AVE o el 11-M- reivindicó siempre el "orgullo y privilegio" de ser español y dejó una reflexión para el debate sobre la Ley de Memoria, que se aprobará el miércoles en el Congreso: "¿Por qué no vamos a estar orgullosos de España y de nuestra historia? Todo lo que somos es producto de nuestra historia centenaria. Una historia a la que no quito una coma ni pretendo contarla de manera distinta de lo que sucedió. Yo asumo todas sus páginas. Lo hago para no repetir las que fueron negras y para tratar de imitar aquellas que nos enorgullecen". Minutos antes, por si había dudas, había dicho que él cree en la libertad y condena las dictaduras.
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