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Reportaje:

Córdoba estrena postal

La remodelación del Puente Romano devuelve la imagen del monumento a finales del siglo XIX

Manuel Planelles

A mediados de diciembre se inaugurará la restauración del Puente Romano de Córdoba, que forma parte de la mayor intervención que se ha realizado en décadas en el eje monumental de la ciudad. Juan Cuenca, el arquitecto del proyecto, abre por primera vez las puertas de la obra para los lectores de EL PAÍS. Palmo a palmo recorre el puente, "un libro de piedra" en el que cada civilización ha ido dejando su firma.

La mayoría de historiadores sitúan su construcción en la época romana, aunque durante toda la historia ha sido remodelado y reconstruido. "Soy consciente de que hemos cambiado la postal de Córdoba. Pero lo que hemos hecho es devolver el puente a como estaba en una fecha imprecisa entre finales del siglo XIX y principios del XX", explica Cuenca.

La Junta ha invertido 30 millones de euros en 7 intervenciones
"El método seguido es el más científico posible", dice el arquitecto Cuenca
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Un puente para pasear

La Junta de Andalucía ha invertido 30 millones de euros en las siete intervenciones del proyecto del eje monumental. La restauración del puente, que es la más emblemática de todas, tiene dos caras, como el dios Jano. Una mira al pasado. La otra, al presente.

La cara que retrocede lo hace hasta esa fecha imprecisa de finales del XIX, a la fotografía y el grabado que ilustran este artículo. Lo que ha hecho el equipo de Cuenca ha sido eliminar la capa de mortero que a principios del siglo pasado tapó los sillares y los arcos. Cuenca dice que hubo dos intervenciones "desastrosas" durante el XX. "A principios de siglo, los elementos que estaban deteriorados se eliminaron en vez de reconstruirlos, como es el caso de la hornacina y del balcón. Lo importante era el tráfico y la seguridad y no se considera el puente como un monumento. La reforma eliminó la huella de los sillares. Se puso el enfoscado que los oculta. Eso fue lo más grave que se hizo, porque se borró el libro de piedra (...) Es un enfoscado de cemento muy duro que ha costado un trabajo enorme eliminar".

La segunda intervención es de principios de la década de los años sesenta. "Estuvo ligada al muro de defensa, que ya estaba hecho aguas arriba. Se realizó el foso de la Calahorra y se crearon elementos para enlazar como una rotonda que destruye el último tajamar y oculta el último arco, el 16. Desde el punto de vista histórico es muy dañino. Hoy día no se hubiera permitido", explica el arquitecto.

La actual restauración ha recuperado los sillares antiguos, las hornacinas y uno de los balcones. Y han visto la luz elementos ocultos como escudos de familias que posiblemente ayudaron a reconstruir alguno de los arcos y archivoltas del siglo XIII idénticas a las que hay en la red de iglesias que el rey Fernando III, el Santo, ordenó construir tras conquistar la ciudad a los musulmanes. Además, se ha eliminado la estructura que se creó en los años sesenta para facilitar el tráfico de vehículos, con lo que el puente recupera el arco número 16.

"El método que hemos seguido en la restauración es lo más científico posible", asegura Cuenca. "No hemos sustituido piedra a piedra. Utilizamos mortero de cal hidráulica, lo que hace que se aprecien partes lisas (...) No podemos engañar, si la piedra ha desaparecido ponemos mortero sin más. Uno de los criterios de la Comisión de Patrimonio es el de no falsear".

La otra cara de la remodelación, la que mira al presente, se centra en el pretil y el nuevo pavimento, en la parte superior del puente. Se ha utilizado una arquitectura actual. "Se ha quitado el antiguo pretil y se ha levantado uno nuevo, sin moldura. Ahora no tiene el saliente de la cornisa para que desde arriba se pueda ver el paramento. Además nunca había tenido esa cornisa".

Respecto al pavimento, se ha sustituido el empedrado anterior por granito rosa con un corte limpio, lo que ha generado algo de polémica. "Nuestro proyecto es de restauración y urbanización en la parte superior del puente, donde no se platea sólo un tratamiento de la epidermis. La piel, que es el pavimento, ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Creo que es lógico que en nuestro tiempo se utilice piel de ahora".

La crítica más cualificada llegó a finales de 2006 desde el Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba, que emitió una nota en la que no se criticaba tanto el material, sino el "modo de disponer en la obra". "Se debe valorar la afección a la imagen de Córdoba como ciudad histórica que puede provocar una intervención tan polémica, antes de que sea irreversible", se dijo entonces del proyecto que verá la luz en diciembre.

Hasta que la obra de restauración se inaugure, el pavimento del puente estará oculto bajo unas maderas. "Porque es como si un pintor enseñase un cuadro antes de terminarlo", sostiene Cuenca. La remodelación rematada se podrá ver a partir del próximo mes de diciembre.

Cuenca, el restaurador

Juan Cuenca (Puente Genil, 1934) fue el ganador del concurso que la Junta de Andalucía puso en marcha para acometer la remodelación del eje monumental de Córdoba. Siete intervenciones en total forman parte de este proyecto, de las que el puente romano es la más emblemática. El presupuesto global de las siete actuaciones alcanza los 30 millones de euros.

"El nombre del proyecto era Transformaciones, porque esta ciudad y esta zona no son un objeto que tenga un principio y un fin, sino que constantemente ha estado cambiando a través de la historia", explica el arquitecto Juan Cuenca, responsable de la remodelación.

Cuenca, miembro del colectivo artístico Equipo 57 y arquitecto, se ha tenido que adentrar en el campo de la restauración para llevar a cabo esta obra: "En ningún momento se me ha pasado por la cabeza dejar una impronta. Es un trabajo bastante anónimo", asegura.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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