Bilingüismo a la carta en la UPV
La Universidad pública aprovechará la adaptación al espacio europeo para evaluar la viabilidad de las carreras duplicadas en castellano y euskera
Las declaraciones realizadas la pasada semana por el rector de la Universidad del País Vasco (UPV), Juan Ignacio Pérez, en las que cuestionó la viabilidad de ofertar los mismos estudios en euskera y castellano ha reabierto el debate sobre cuál es el modelo lingüístico idóneo para la universidad. La polémica reaparece en un contexto especialmente propicio para plantear cambios: hay que reestructurar las carreras en estudios de grado y posgrado, se está debatiendo la viabilidad de las carreras minoritarias y se ha revisa el sistema de tres modelos lingüísticos en la educación no universitaria. Ante este panorama, son numerosas las voces que abogan por flexibilizar el sistema universitario para que cada estudiante combine ambas lenguas a su medida.
La comunidad universitaria propone avanzar hacia un modelo flexible
Mientras que en los estudios de grado el objetivo de la UPV sigue siendo ofrecer todos los nuevos títulos y todos los créditos obligatorios en euskera, es en los posgrados donde se flexibilizará el modelo. "No queremos repetir miméticamente el sistema de euskera y castellano, sino desarrollar un modelo de posgrados a la carta, que juegue con diferentes idiomas para que el alumnado tenga competencias multilingües", aclara el vicerrector de Euskera, Ludger Mees. En cada nueva maestría se analizará a qué lengua dar más peso, según criterios como las características del alumnado o la demanda del mercado laboral. Pero incluso en los títulos que se impartan sólo en castellano o inglés el euskera tendrá presencia mediante la posibilidad de presentar el proyecto de fin de carrera en esa lengua.
El número de estudiantes que se matriculan en títulos de grado en euskera ha ido creciendo de manera constante en los últimos años hasta alcanzar el 43,9% en el curso 2006-2007. Si antes se mantenían grupos en euskera con pocos alumnos, ahora la tendencia se ha invertido y son las clases en castellano las que se están quedando sin estudiantes. Los nuevos títulos de grado presentan una oportunidad para revisar la viabilidad de esos grupos. "No se trata de cerrar titulaciones, sino de analizar la situación en cada una y tomar decisiones", indica. Por ejemplo, apunta que habrá que buscar una solución para que en las tres provincias no se oferten casi todas las titulaciones de Magisterio en ambos idiomas.
La decisión de duplicar la oferta docente surgió ante la necesidad de normalizar el uso del euskera. Treinta años después, esa lengua es ya más fuerte que el castellano en la educación no universitaria. "Antes requería de políticas activas que condicionaban nuestra oferta docente. Ahora el euskera está más consolidada y no exige tanta protección", subraya Mees. En este nuevo escenario, "parece lógico ofrecer la posibilidad de mezclar euskera y castellano", de manera que el estudiante bilingüe decida cómo combinarlos según sus intereses. "La mezcla es enriquecedora y el multilingüismo desarrolla las capacidades cognitivas", recalca. El problema es que esa posibilidad teórica no se suele dar porque los horarios no son compatibles. El vicerrector apunta, además, que no duplicar la oferta permitirá ampliar el número de asignaturas optativas.
"Tener asignaturas abiertas en las que el estudiante elija en qué idioma inscribirse" es también la opción más atractiva para Ander Gurrutxaga, sociólogo de la UPV y ex viceconsejero de Universidades. En su opinión, "la duplicidad ha sido el coste de la normalización lingüística, pero, superada esa etapa, se puede dilucidar qué estudios ofrecer en castellano y cuáles sólo en euskera".
Joseba Arregi, quien fue consejero de Cultura y presidente del Consejo Social de la UPV, va más allá: todos los estudiantes tendrían que combinar ambas lenguas en su formación. "Sería enriquecedor y cohesionaría a la sociedad, porque mantener dos líneas la fragmenta".
El 9,6% de los estudiantes de primer y segundo ciclo de la UPV son extranjeros y otro 1,7% proviene de otras comunidades españolas. En los nuevos posgrados, varios de ellos europeos o internacionales, es previsible que el porcentaje sea mayor. Mientras que Gurrutxaga piensa que hay que atender a ese sector manteniendo la posibilidad de estudiar sólo en castellano, el ex consejero opina que el alumnado que venga a Euskadi tendrá que aprender sus lenguas oficiales: "Cuando nuestros estudiantes van a otro país de Erasmus, aprenden su idioma. Quien venga al País Vasco tendrá que hacer lo mismo, y si no están dispuestos, tendremos menos estudiantes extranjeros".
El rector ha defendido en sus últimas declaraciones que ofertar asignaturas y maestrías en inglés propiciará "ser muy competitivos y atraer a estudiantes de cualquier parte del mundo". Gurrutxaga y Arregi se muestran críticos con ese planteamiento, y coinciden en que más importante que ofertar asignaturas sueltas es lograr que el alumnado sea capaz de manejar bibliografía en esa lengua.
Dos idiomas, una formación más rica
Ante un debate complejo y con connotaciones políticas, son muchos los centros y consejos de estudiantes consultados que han preferido no opinar sobre qué modelo lingüístico consideran más adecuado para la UPV. "Es un tema controvertido que puede hacer mucho daño si se comenta antes de consensuar una opinión como centro", argumenta Tomás Zubimendi, director de la Escuela de Magisterio de San Sebastián. Es el centro donde más peso tiene el euskera, ya que la media de estudiantes de nuevo ingreso que se matriculan en esa lengua supera el 90%. Ciencia y Tecnología y la Escuela Superior de Ingeniería de San Mamés son otros de los centros que han declinado pronunciarse.
Los decanos de las facultades de Bellas Artes y de Ciencias Sociales y de la Comunicación, Agustín Ramos y Alfonso Unceta, respectivamente, han accedido en cambio a comentar cómo afrontan el debate en sus centros, cuya media de nuevos matriculados en euskera ronda el 40%. Para ellos es indiscutible que hay que garantizar la enseñanza en los dos idiomas. "Eso no va a cambiar. La duplicidad de titulaciones responde a la demanda real, tanto en euskera como en castellano", recalca Alfonso Unceta.
En su opinión, "aprender en más de un idioma enriquece la formación", pero considera "indispensable analizar, reflexionar y debatir con calma una futura flexibilización lingüística", tomando como referentes las experiencias en las que están trabajando otros países y universidades.
Ramos también piensa que estudiar en varias lenguas propiciaría "una mezcla intercultural e interlingüística muy positiva, porque separar supone marginar". Aunque apuesta por esa tendencia, por el momento defiende que todas las materias obligatorias y troncales estén duplicadas. En cuanto a las optativas, cree que no hace falta duplicarlas pero sí lograr que la presencia de ambas lenguas está equilibrada.
En cuanto a los posgrados, opina que hay que tener en cuenta la presencia de más alumnos extranjeros. Su facultad oferta un título de posgrado propio y otro oficial, ambos centrados en las artes escénicas. "Tienen asignaturas en euskera pero el idioma curricular es el castellano, atendiendo a la demanda de los estudiantes, entre los que hay muchos latinoamericanos y estadounidenses que piden clases en castellano".
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