La francesa más poderosa
No es la más rica -Lilianne de Bettencourt gana bastante más-, ni la más próxima al poder -la ministra de Economía, Christine Lagarde, u otras pueden presumir de ello-, ni la más conocida -eso es cosa de cantantes o actrices-, pero sí la más poderosa. Primero porque sobrevive a los cambios políticos -fue nombrada al frente de Areva en 1999 por el Gobierno del socialista Jospin, ha sobrevivido a la presidencia de Chirac y Sarkozy la ha confirmado en el cargo-; luego, porque dirige una empresa de más de 70.000 trabajadores en 40 países; por último, porque Areva es líder mundial en el sector nuclear. Y ella es, pues, Anne Atomic Lauvergeon.
Nacida en Dijon, en 1959, hija de un profesor universitario y una asistente social, Anne Lauvergeon es la estudiante perfecta: formada por la École Normale Supérieure, licenciada en Ciencias Físicas, ingeniera de la Escuela de Minas, trabaja primero en Usinor -acero-, más tarde en la CEA (Comisaría de la Energía Atómica), en la Inspección General Administrativa, en la Dirección General de la Industria, Investigación y Medio Ambiente para, en 1990, ocuparse de cuestiones de economía internacional al servicio del presidente Mitterrand. Éste, seducido de inmediato por la simpatía y dureza de Lauvergeon, la nombra responsable de la organización de todas las cumbres internacionales.
Tras la muerte de Mitterrand, Lauvergeon pasa por la banca privada y por Alcatel hasta su nombramiento, en 1999, al frente de la Cogema. En muy poco tiempo logra fusionar ésta con Framatome y otras compañías para crear Areva, una sociedad que extrae uranio, lo enriquece, construye centrales nucleares y recicla los residuos.
Lauvergeon actualmente es partidaria de abrir el capital de Areva a inversores privados. Ella apuesta por Bouygues, que sería un socio que no pondría en cuestión su cargo. Desde el poder se habla también de Alstom, que fabrica turbinas, pero cuyo presidente-consejero delegado, Patrick Kron, bien pudiera aspirar a quitarle el puesto. También parece que la canciller alemana, Angela Merkel, piensa en Lauvergeon para llevarla a Siemens.
Ajena a todos estos rumores, Anne Lauvergeon se embarca mientras tanto en la construcción de centrales nucleares de tercera generación, primero en Finlandia, luego -espera- en China. Si esas operaciones culminan sin mayor retraso, Lauvergeon será, más que nunca, la Atomic Anne.
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