México enroca las reformas
El control de los monopolios se convierte en el gran reto de la Administración de Felipe Calderón
La OCDE ha dado la voz de alarma: México necesita liberalizar sectores productivos claves como la energía, las telecomunicaciones y las infraestructuras. De lo contrario seguirá manteniendo un crecimiento potencial muy por debajo del resto de las economías emergentes. Un diagnóstico compartido por analistas, bancos de inversión, organismos internacionales y por los propios empresarios locales. El problema es que la clase política no logra llegar a acuerdos para poner en marcha las necesarias reformas estructurales que den la esperada seguridad jurídica, fiscal y laboral para aumentar la inversión extranjera. Y es que esa agenda ha estado postergada durante todo el Gobierno de Vicente Fox, aunque ahora parece tener mejores perspectivas con el de Felipe Calderón.
La OCDE señala que el primer paso es una reforma fiscal que aumente la recaudación y desligue los ingresos petroleros del presupuesto
¿Pero cuáles son las reformas necesarias? En su último informe bianual sobre México, la OCDE señala que el primer paso es abordar una compleja reforma fiscal que aumente la recaudación tributaria y desligue los ingresos petroleros de los presupuestos, donde actualmente representan más del 30% de los ingresos. En junio de 2007, el Gobierno presentó al Congreso un paquete de medidas que incluía la lucha contra la evasión y la elusión y mejoras en la eficiencia del gasto público.
Falta de competencia
El segundo paso, según coinciden los analistas y organismos internacionales, es permitir la liberalización de algunos sectores productivos. Para José Manuel Martínez, director de Economía Internacional del Servicio de Estudios de Caja Madrid, "en todos los sectores productivos hay el mismo problema: falta de competencia. Si se consigue completar con éxito la reforma tributaria hay que apostar por restringir los monopolios para permitir una mayor participación del capital extranjero y privado en los sectores productivos como telecomunicaciones, producción eléctrica e incluso en medios audiovisuales". La clave está en avanzar en dos áreas: compartir la propiedad o mejorar las sinergias de las empresas estatales y perfeccionar la Ley Federal de Competencia para abrir los monopolios privados.
En el primero de los casos, la OCDE advierte que la estatal Pemex (que concentra todo el mercado de la extracción, distribución e importación de crudo) debe abrirse a la participación de extranjeros, al menos en proyectos concretos. De lo contrario, continuará por debajo de sus posibilidades de producción. En el caso de la electricidad, tras las reformas a la Ley Reglamentaria del Servicio Público de Energía, donde se permitió la inversión privada como complemento al sector público, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha señalado que está lista para competir con privados por clientes industriales y comerciales que registran altos consumos de energía eléctrica. No obstante, de momento no hay ninguna disposición que separe las funciones de la CFE, el monopolio público de la generación y transmisión de la electricidad.
En el ámbito de las empresas privadas hay sectores con monopolios aún más acusados. Un caso representativo es el de Telmex, propiedad del Carlos Slim, el hombre más rico del mundo. La empresa de telecomunicaciones mantiene uno de los servicios más caros de los países de la OCDE al mismo tiempo que controla el 75% de las llamadas de larga distancia, el 95% de las líneas fijas y el 79% del mercado de móviles e internet. Pero no es el único. El gigante de los servicios minoristas Wal-Mart tiene el 33% del mercado de ventas al detalle, el 50% de los autoservicios y emplea a 112.000 personas, convirtiéndose en el mayor empleador privado del país.
¿Cómo combatirlo? Para Bancomer, la clave está en el fortalecimiento de la Ley Federal de Competencia ampliando su ámbito de aplicación, fortaleciendo sus conceptos jurídicos e incrementando las sanciones. Del mismo modo, sugiere ampliar las facultades de la Comisión Federal de Competencia dando un carácter vinculante a sus resoluciones y coordinar los informes de los diferentes organismos involucrados, manera de darle más peso legal a sus decisiones. En cuanto al sector de las telecomunicaciones, la OCDE agrega que es necesario abrir el mercado para que las operadoras pequeñas utilicen a precios regulados la red del operador dominante. En el caso energético, se sugiere iniciar un proceso de reestructuración del sector y fortalecer los incentivos.
¿Y la reforma laboral? Es la más postergada de todas y de momento no hay pistas que apunten a su puesta en marcha. En este apartado es necesaria una reestructuración de las pensiones, incentivos para la contratación y puesta en marcha de garantías tras el despido, entre otras cosas.
¿España?, muchas ganas y poco espacio
España es, después de Estados Unidos, el principal inversor de la década en México. Los datos de la propia Secretaría de Comercio local indican que durante el periodo 2000-2006 España destinó más de 14.889 millones de dólares en proyectos de inversión. En términos porcentuales, el país totaliza el 10,4% de la tarta total y el 37,8% de la inversión europea, un puesto que este último año ha compartido con los Países Bajos. Un lugar de privilegio dentro del dominio estadounidense que concentra más del 60% de toda la inversión extranjera en el país latinoamericano. Por sectores España tiene su mayor presencia en finanzas, telecomunicaciones, infraestructuras, energía y turismo.
BBVA controla el 80% de los depósitos en efectivo. El ingreso del banco al mercado mexicano se produjo después de pagar 6.875 millones de dólares por Bancomer, una operación que en 2004 explicó casi el 35% de toda la inversión llegada al país durante ese año. En el caso del complejo sector de los monopolios productivos, compañías como Telefónica, que durante 2005 completó la compra del 100% de Telefónica Móviles México. Del mismo modo, compañías como CAF, Iberdrola, Unión Fenosa, Gas Natural, Dragados, Hispasat, Santander y OHL han sabido aprovechar los reducidos espacios de privatización o liberalización de proyectos de compañías locales.
No obstante, el gran boom reciente se refiere al turismo. España es el segundo país que más invierte en proyectos turísticos en México, por detrás de Estados Unidos. Sólo en el primer trimestre de este año, las empresas españolas llevan desembolsados 393 millones de dólares, un 24% más que lo invertido en todo el año pasado.
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