Los que permiten la maldad
Al leer en la columna de Rosa Montero la espeluznante noticia sobre la muerte por inanición de un perro en una exposición de seudoarte en Managua, resonó en mi cabeza la afirmación de Albert Einstein de que "el mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad". Es gravísimo (y un delito en países civilizados) el maltrato a un animal, pero no deja de ser menos preocupante, y quizá sintomático de que algo no funciona correctamente en la sociedad, el hecho de que haya personas que puedan contemplar sin inmutarse la agonía de un ser vivo. Imagino que debe tratarse del mismo tipo de individuos que tiempo atrás se hubieran divertido viendo a personas con malformaciones en circos perversos o hubieran asistido a ejecuciones públicas en la plaza mayor.
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