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Análisis:DVD | QUÉ PEQUEÑO ES EL CINE
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Mallas y pantallas de cuero

Patricia Gosálvez

Si el mensaje del oráculo es "salva a la animadora y salvarás el mundo", y tú llevas minifalda de tablas y pompones, ya puedes empezar a correr, porque alguien viene a por ti. Antes de adornar millones de camisetas, la frase ("save the cheerleader, save the world") fue el punto de partida de una serie menor, Héroes, que se ha convertido en una obra de culto en todo el mundo. Funciona globalmente porque maneja arquetipos. La animadora, por ejemplo, es la versión pulp de la doncella en peligro, de la virgen que el Mal necesita sacrificar, y el Bien debe proteger. Todos los personajes nos son familiares: el pringado que viaja en el tiempo, el artista atormentado que ve cosas, el que vuela, la que tiene una fuerza sobrehumana cuando se mosquea... Superhéroes de barrio que llegan al gran público gracias a que su creador, Tim Kring, no tenía ni idea de cómics. Kring se rodeó de guionistas comiqueros y se ocupó de que no se ahogasen con su propia baba endogámica. El resultado es una serie con personajes que tienen superpoderes, pero, sobre todo, conflictos muy humanos. Lo mejor de las películas de superhéroes viene antes de las mallas y la capa, cuando el protagonista descubre y lucha contra su poder. El miedo a ser raro, el afán de controlarlo. Héroes alarga ese momento durante toda la primera temporada, que se ha puesto a la venta en DVD esta semana, para todos aquellos que no se la han bajado ya de Internet.

Soderbergh hace caja con George Clooney y Brad Pitt liderando una banda de ladrones

De arquetipos está también construida Ocean's 13 (Steven Soderbergh, 2007), pero ésta sí que está borracha de baba endogámica. Por enésima vez (vale, sólo hay tres, pero parecen más), Soderbergh hace caja con George Clooney y Brad Pitt liderando una banda de ladrones de guante blanco y naturalidad estudiada que parecen salidos de un anuncio de moda masculina. ¿Los arquetipos? El guaperas simpático, el guaperas incorregible, el guaperas inocentón... Las estrellas (también Al Pacino y Andy García) y los efectos especiales no suplen la ausencia total de tensión, fundamental en el género de atracos. En Ocean's 13 la trama no se sujeta (¿cómo se hace un eurotúnel bajo Las Vegas sin que nadie sospeche?), los planes de los ladrones no se explican y desde el principio está claro quién se va a salir con la suya. Está bien rodada y, para los fans, da lo que promete, pero los chistes son de revista tipo FHM, la tensión homoerótica entre los personajes es de risa floja, y la única mujer, Ellen Barkin, es una especie de Moneypenny recauchutada y malvada que por mucho escote que le pongan interpreta su papel como si fuese un hombre. No es de extrañar que cuando presentaron la película los actores aprovechasen para publicitar su labor humanitaria en Darfur, por compensar. Pero por mucha ONG que compartan, Clooney y Pitt no tienen la magia de Paul Newman y Robert Redford, y el atraco de todos los Ocean del mundo, nunca será El golpe.

También sobre el eterno masculino tratan dos reediciones que han salido a la venta esta semana. En Defensa (John Boorman, 1972), Burt Reynolds lidera con mano de macho ibérico a un grupo de amigos (entre ellos John Voight cuando aún no era el padre de Angelina, ni parecía una señora) en una excursión de pesca en la que todo lo que puede salir mal lo hace. La película pretende ser una reflexión sobre el instinto de supervivencia y la violencia, pero se queda más bien en una fantasía húmeda sobre el asunto. En A la caza (William Friedkin, 1980) pasa un poco lo mismo. Usando la historia de un policía que se hace pasar por un homosexual sadomasoquista para investigar una serie de crímenes en la escena gay neoyorquina, la cinta pretende ser un thriller oscuro y profundo sobre la naturaleza humana. No llega, se queda en un slasher violento y casi tan incómodo como parece Al Pacino enfundado en sus pantalones de cuero.

De izquierda a derecha, Matt Damon, George Clooney y Brad Pitt, en <i>Ocean&#39;s 13</i>.
De izquierda a derecha, Matt Damon, George Clooney y Brad Pitt, en Ocean's 13.
Los personajes de la teleserie <i>Héroes</i>.
Los personajes de la teleserie Héroes.
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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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