Verduleras
Dos mujeres discuten. Una le echa visiblemente la bronca a la otra, que, a la defensiva, cruza los brazos y le contesta desde una posición subordinada. A ambos lados de ellas, dos hombres tratan de disimular en medio de una situación algo violenta. Uno de ellos se arregla la corbata, se frota las manos, se ajusta la chaqueta. No se les escucha porque se les ve de lejos. La secuencia se encuentra en Internet. El lugar es la tribuna de autoridades montada para el desfile de las Fuerzas Armadas el pasado 12 de octubre. Las dos mujeres son la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y María Emilia Casas, presidenta del Tribunal Constitucional. El hombre incómodo es el ministro Moratinos.
En la tertulia matutina de Espejo público (Antena 3) de ayer comentaban con humor estas imágenes preguntándose no tanto de qué discutían (lo sabían o suponían), sino de la oportunidad y el sitio para hacerlo. José Oneto va y dice que parecen verduleras. (En el diccionario: mujer descarada y ordinaria). Una exageración. Era una actuación inoportuna, sí, pero no vociferaban ni se tiraban de los pelos. La presentadora, Susana Griso, le para los pies: "Ése es un comentario machista". "Ya estamos otra vez con el machismo", replica Oneto. Griso tiene el respaldo de otra contertulia. Refunfuña Oneto y los otros hombres callan. Punto para Griso.
Ayer se inauguró en Madrid un congreso sobre Televisión y políticas de igualdad en el que se proponían discutir si es necesario regular la imagen de la mujer que ofrecen los medios. Las hay de todo pelaje en los programas de ficción, los informativos y otras telerrealidades o tertulias vociferantes, donde ellos son igual de verduleros. O más.
La imagen de la mujer es tan diversa -para bien y para mal- como lo son las mujeres mismas. Y los hombres. El sexismo en televisión ya no es lo que era. Afortunadamente. En general, hay más problemas con las palabras y las ideas que con las imágenes denigrantes en televisión. Las mujeres no necesitan ser reguladas. Se muestran como son. Sean verduleras o no. Nos gusten o no.
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