El Picasso más íntimo se exhibe en Vigo y A Coruña

Descubrir un cuadro inédito de Pablo Picasso a estas alturas puede parecer milagroso, pero los visitantes que acudan a las exposiciones que se abren hoy y mañana en las sedes de la Fundación Pedro Barrié de la Maza en Vigo y A Coruña tendrán la oportunidad de admirar 42 obras hasta ahora nunca mostradas del genial pintor malagueño. Picasso. Laboratorio de estilos es el título genérico de un proyecto expositivo que pretende desvelar la cara más íntima del artista a través de trabajos poco conocidos que, en su mayor parte, se realizaron con la intención de que sólo fuesen vistos por el pintor malagueño o sus allegados.

La muestra que se abre hoy en Vigo está dedicada íntegramente a bodegones o naturalezas muertas. Se exhiben un dibujo y 31 pinturas (22 inéditas) agrupadas en dos períodos cronológicos. El primero arranca en 1914, en plena época cubista del pintor, y se cierra en 1927, mientras que el segundo reúne obras realizadas entre 1936 y 1947.

La muerte, el hambre y la crudeza de la guerra son temas recurrentes en sus bodegones

Según explica una de las asesoras científicas de la exposición, María Teresa Ocaña, los cuadros presentes en esta muestra permiten realizar un recorrido por la evolución estilística del pintor. "Después de la Segunda Guerra Mundial los bodegones adquieren un carácter simbólico que no aparecía en sus obras anteriores. Algunas de los cuadros remiten a las vanitas de los pintores españoles del siglo XVII", indica Ocaña, quien destaca que el hecho de que algunas obras tengan un pequeño formato refuerza el objetivo de mostrar el "laboratorio" mental donde el pintor experimentaba antes de afrontar sus obras más importantes.

"Una de las cosas más importantes que aportan ambas exposiciones es que nos permiten ver el tesón del artista para transformar los temas más importantes de su trayectoria. A veces algunas obras pueden parecer repetitivas, pero en realidad lo que hace Picasso es profundizar en una temática para acabar en otro derrotero artístico", señala María Teresa Ocaña.

La muerte, el hambre y la crudeza de la guerra son temas recurrentes en los bodegones que pinta Picasso y en los que abundan las calaveras, los cráneos y las hojas de cuchillo afiladas, pero también alimentos, frutos o vino en alusión a las escaseces provocadas por las guerras. Trazos vigorosos, crudeza en la técnica y colores profundos y oscuros se aprecian en las obras de esta época y sirven a Picasso para mostrar signos de protesta ante la brutalidad de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial.

Frente a esta temática, la exposición que se inaugura mañana en la sede coruñesa mostrará 57 retratos femeninos (16 inéditos) que reflejan casi siempre a mujeres a las que Picasso estuvo unido de una manera especial. Marie-Thérese Walter, Dora Maar, Françoise Gilot y, sobre todo, Jacqueline Roque son las protagonistas de unas obras que permiten la pintor explorar infinidad de posibilidades compositivas y matices expresivos. El característico trazo curvo de los retratos picassianos se ha tenido muy en cuenta a la hora de realizar el montaje de la exposición. La directora de la Fundación Barrié, Marta Rey, explica que a diferencia del montaje "muy contemporáneo" de la muestra viguesa, en A Coruña se ha optado por una carpintería curva para adaptarse a las características estéticas de las obras expuestas.

La variedad de obras que se exhibirán en A Coruña descubre la evolución en el estilo de los retratos picassianos entre 1919 y 1972 y los diversos avatares personales que influían en el pintor a la hora de reflejar sobre el lienzo a sus musas y amantes. Así, la característica división que Picasso hace de los rostros en cara y perfil y el uso de colores claros se reflejan en los retratos de Marie-Thérese Walter, madre de su hija Maya, a la que pintó entre 1926 y 1933. Por el contrario, el grupo de retratos de Dora Maar, fotógrafa e intelectual unida a Picasso hasta 1946, se distinguen por la dureza de líneas y el uso de colores fuertes.

Posteriormente, las recreaciones de la joven pintora Françoise Gilot, que reemplaza a Dora Maar en el corazón y el taller del artista, apuestan por la rotundidad del primer plano y por destacar el volumen del cabello oscuro de la mujer. Por último, los retratos de Jacqueline Roque, musa y modelo del pintor entre 1952 y 1971, son por definición la recapitulación y síntesis de todos los estilos e influencias que marcaron el estilo de Picasso.

Ésta es la segunda oportunidad que la Fundación Barrié dedica especial atención a la obra del pintor malagueño. En diciembre de 2002 se inauguró en A Coruña Picasso joven, una exposición que presentaba obras de la adolescencia y juventud del artista, que vivió en la capital coruñesa entre 1891 y 1895. Marta Rey indica que, una vez finalizada esta muestra, se comenzó a trabajar en la preparación de la doble exposición que ahora se abre y que permitirá "cerrar el círculo" que se comenzó a dibujar en la anterior ocasión.

"La muestra celebrada hace cinco años fue la más visitada de las que ha organizado la exposición y creemos que ahora vamos a poner un broche de oro para celebrar el 40º aniversario de la fundación", apunta Rey. Como es habitual en las actividades culturales que organiza la fundación, el acceso a ambas exposiciones y a las actividades paralelas será completamente gratuito.