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La OPEP culpa a los especuladores de la escalada del petróleo

Claudi Pérez

La fenomenal escalada de los precios del petróleo se cobró ayer el enésimo máximo en ese mercado: 84,5 dólares por barril de crudo en Europa y 88 dólares en Estados Unidos, con un crecimiento del 10% en una sola semana y seis jornadas consecutivas al alza. La cotización sigue ligeramente por debajo del máximo histórico real, que superó los 90 dólares por barril -ajustando la inflación- tras la revolución iraní de 1979. Todos los analistas aseguran que esa marca es sólo cuestión de tiempo, por la combinación de tres factores: "La situación en la frontera entre Turquía e Irak, la debilidad del dólar y la fortaleza de la demanda", resumió Peter Beutel, presidente de la consultora energética norteamericana Cameron Hanover. Pero ésas no son todas las razones.

La OPEP atribuyó ayer la fuerte subida a una alta actividad especulativa en los mercados: un argumento que suele utilizar la organización que agrupa a los principales exportadores en momentos de fuerte presión sobre las cotizaciones. En situaciones normales, las subidas se atribuyen tradicionalmente a una maraña de explicaciones, que también aparecen en esta ocasión: desde las guerras a la pujanza de los países en vías de desarrollo -con China a la cabeza-, la falta de inversiones en el refino y lo ajustado de las reservas con vistas al invierno, pasando incluso por la temporada de huracanes en el golfo de México o los peligros derivados de la nacionalización de los activos energéticos en América Latina.

La OPEP quiso desmarcarse con rotundidad de los movimientos especulativos con esa denuncia, pese a que la subida redunda claramente en beneficio de los países productores. El secretario general de la organización, el libio Abdalá Salem El-Badri, aseguró que la OPEP "no favorece los precios petroleros a este nivel, estima firmemente que los fundamentos [la oferta y la demanda] no están soportando los actuales precios y que el mercado está muy bien abastecido".

Subida de la inflación

La organización decidió el pasado 11 de septiembre, en Viena, aumentar su producción conjunta en medio millón de barriles diarios a partir del 1 de noviembre. Pero ese anuncio no ha sido suficiente para rebajar las tensiones en el mercado petrolero. Junto a la volatilidad asociada a la caída del dólar, El-Badri atribuyó el nuevo máximo al cuello de botella en el refino y a los problemas en Oriente Próximo.

La subida del petróleo tiene otros efectos colaterales, sobre el crecimiento económico y, en mayor medida, sobre los precios. La inflación en los países de la eurozona experimentó un aumento interanual del 2,1% en septiembre, cuatro décimas más que en agosto, según los datos difundidos ayer por Eurostat. La inflación supera así el objetivo del 2% que se ha fijado el Banco Central Europeo en su lucha a favor de la estabilidad de precios. En España, la tasa se sitúa en el 2,7%.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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