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Reportaje:AULAS

Cómo entender mejor las matemáticas

Un instituto de Sevilla pone en marcha un plan integral para mejorar la capacidad lectora

Las pruebas de diagnóstico realizadas por la Consejería de Educación a los alumnos de quinto de Primaria y tercero de ESO de todos los centros públicos andaluces el curso pasado mostraron carencias en materia lingüística y matemática. La conclusión entre los centros de Secundaria fue la baja capacidad de comprensión lectora del alumnado (3,20 en una puntuación de 0 a 6), lo que les lleva luego a errar en áreas científicas, humanas y sociales.

Por eso, algunos centros han puesto en marcha propios proyectos de mejora. El instituto Albero de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha desarrollado un plan para fomentar la lectura y el desarrollo intelectual en los alumnos de primero de ESO con el fin de contrarrestar las debilidades halladas en cuanto a comprensión lectora. "Si la comprensión lectora falla, surge un desfase abismal entre los objetivos educativos que nos proponemos como enseñantes, y los objetivos finalmente alcanzados por el alumnado", afirma el director del centro, Javier Hermida.

La idea partió del profesorado de Lengua que involucró al resto de docentes ya que, como justifican en un memorándum, "la comprensión lectora es una competencia global". Estos profesores tomaron como referencia un proyecto elaborado en la Universidad estadounidense de Harvard, el PIH (Proyecto de Inteligencia de Harvard), cuyo objetivo es mejorar resultados a través de ejercicios de razonamiento y comprensión.

Tras analizar las conclusiones de las pruebas de diagnóstico, el claustro decidió aplicar las propuestas del PIH en todas las clases de primero de ESO. "Intentamos intervenir lo antes posible para que cuando lleguen a tercero se puedan analizar los efectos del plan", explica José Antonio Pérez, enseñante de Lengua y Literatura. El plan consta de seis bloques temáticos, cada uno relacionado con una materia: Fundamento del razonamiento, aplicado en Ciencias Naturales y Música; Comprensión del lenguaje, en Lengua y Literatura; Razonamiento verbal, en Idiomas e Historia; Resolución de Problemas, en Matemáticas; Toma de decisiones, en las tutorías; y Pensamiento inventivo, en Dibujo.

Estas áreas se desarrollan a partir de seis cuadernillos que se utilizan en cada asignatura según conveniencia del profesor y del proyecto curricular. Entre las actividades que se proponen las hay que sirven para ordenar razonamientos, para justificar procedimientos o para organizar contenidos. "Esta lista contiene el contenido de un libro. Incluye el título del libro, de los capítulos y las secciones en que se dividen éstos", reza un enunciado. A continuación, el alumno deberá reordenar cada apartado.

Los ejercicios derivados de este plan no son evaluables y sirven únicamente a la mejora del rendimiento y la madurez del alumnado. Los profesores no esperan grandes cambios a corto plazo, pero sí una mejoría más adelante. "No es una varita mágica, pues existen muchos inconvenientes que acechan fuera del aula y que distraen a los alumnos de la lectura, como las videoconsolas, los medios de comunicación o internet; pero el alumnado está implicado y con buena disposición", afirma Pérez.

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La aplicación del plan supone un gasto extra consensuado con la Asociación de Padres y Madres. El centro contactó con la editorial encargada de desarrollar los contenidos de los cuadernillos y logró reducir el coste del material, que en total será de 36 euros.

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