La Xunta crea un sistema para alertar a la población de emisiones dañinas para la salud

En agosto de 2006 el aire era irrespirable en localidades como Vigo y Santiago. La ola de incendios propició una concentración de partículas en la atmósfera que provocó irritaciones de garganta y dificultades respiratorias a muchos vecinos sin que nadie les explicase qué hacer. Para que esta situación no se repita, la Consellería de Medio Ambiente ha redactado protocolos de actuación para movilizar a Protección Civil, la Consellería de Sanidade y los ayuntamientos. Las personas que sufran un especial riesgo serán alertadas a través de un mensaje en el móvil.

La Consellería de Medio Ambiente espera tener listos en breve los documentos que establecen cómo deben actuar las administraciones y los ciudadanos en caso de que en algún punto del país se emitan al aire determinados niveles de sustancias contaminantes. Alertar a la población cuando las emisiones de dióxido de azufre y la concentración de ozono rebase ciertos umbrales es obligatorio por ley. La Xunta ha decidido advertir también a los vecinos si se detecta una alta presencia de partículas (350 microgramos por metro cúbico durante al menos tres horas consecutivas), un fenómeno habitual cuando se produce una oleada de incendios como la de 2006.

La Subdirección de Tecnología y Control Ambiental ha redactado un borrador de protocolos de actuación para cuatro sustancias: dióxido de azufre y de nitrógeno, ozono y partículas. Su contenido nace de las reuniones que los técnicos de esta oficina han mantenido con la Dirección Xeral de Protección Civil y la Consellería de Sanidade. El departamento, dependiente de Medio Ambiente, cuenta ya con una aplicación informática que les permite enviar SMS en cuanto la red de estaciones de medición detecte que se superan los límites establecidos.

Antes de poner en marcha el dispositivo, los técnicos comprobarán que la alerta no se produce por un fallo de los aparatos. Tras esta comprobación, la Consellería de Medio Ambiente avisará a Sanidade y Protección Civil y este último departamento se encargará de trasladar el problema a los ayuntamientos afectados y policías locales. A su vez, el gabinete de prensa de Medio Ambiente pondrá en alerta a los medios de comunicación para que la información llegue a toda la población.

Los más vulnerables

Los vecinos más vulnerables recibirán un aviso personal. Entre la población más sensible a las altas concentraciones de estas sustancias, la Xunta cita a los niños, los mayores y los ciudadanos con dolencias respiratorias. Estos grupos podrán solicitar al Gobierno gallego que les comunique la alerta con un mensaje a su teléfono móvil.

Si se produce uno de estos avisos, la Xunta trasladará a los vecinos algunas recomendaciones para minimizar los efectos de la contaminación en su salud. Sanidade aconseja que en estos casos que no se realicen esfuerzos físicos al aire libre y, si la superación de límites es de ozono, que se evite salir a la calle entre las 12 del mediodía y las 8 de la tarde.

De las sustancias que miden las estaciones de control, los técnicos de Medio Ambiente estarán especialmente atentos al ozono y a las partículas generadas por los incendios y por el polvo sahariano que el viento arrastra a veces hasta tierras gallegas. La primera de estas concentraciones contaminantes suele darse en lugares con sol y mucho tráfico, como Vigo y Ourense. La Xunta espera, por el contrario, que las emisiones de dióxico de azufre en la comunidad vayan a menos a partir de ahora, cuando se deje de quemar en las centrales de As Pontes y Meirama el lignito pardo, ya agotado en sus minas.

La Consellería de Medio Ambiente recibe en tiempo real datos de sus estaciones de control de la calidad del aire y de las instalaciones dependientes de algunas industrias. La información recogida en 2006 por esta red detecta en el entorno de la factoría de Alcoa en San Cibrán (Xove) dióxido de azufre por encima de los límites establecidos por la ley para proteger la salud de los vecinos y el ecosistema del lugar.

Esta sustancia es una de las grandes responsables de la lluvia ácida y cuando se encuentra en concentraciones altas agrava enfermedades respiratorias y cardiovasculares y provoca irritación en los ojos. La presencia de partículas en suspensión en el aire superó los umbrales legales también en los alrededores de la celulosa Ence, en la ría de Pontevedra, y de la empresa Finsa, en Santiago. Medio Ambiente achaca algunos de estos datos a deficiencias en la ubicación de los medidores.