La Torre de Hércules, candidata a Patrimonio de la Humanidad
Las instituciones ofrecen inversiones para arreglar el monumento y su entorno
De exponente de la victoria de Hércules sobre el gigante Gerión, allá por el siglo II después de Cristo, a aspirante a ser, en este nuevo milenio, "el faro de la humanidad": las autoridades gallegas y municipales celebraron ayer en un ambiente de euforia el haber superado la primera prueba para que la seña de identidad de A Coruña sea la candidata que defenderá España para engrosar el ya abultado Patrimonio mundial bajo protección.
Un reconocimiento internacional que la Unesco aún tardará dos años en decidir entre 45 monumentos de los cinco continentes. El Estado, la Xunta y el Ayuntamiento de A Coruña prometieron unir esfuerzos y dinero para tratar de conseguir que la milenaria Torre de Hércules pase a tener en 2009 la misma distinción que el casco histórico de Santiago o la Muralla de Lugo. "Queda un largo camino por recorrer pero vamos a trabajar todos juntos para lograrlo", prometió la conselleira de Cultura, la nacionalista Ánxela Bugallo, tras fotografiarse, al pie del faro, con la corporación municipal de A Coruña al completo, el presidente de la Confederación de Empresarios, Antonio Fontenla, y el presidente de la Autoridad Portuaria, Macario Fernández, entre otros. Especialmente emocionado acudió Segundo Pardo Ciórraga, el responsable del instituto ciudadano creado, sin respaldo municipal, hace seis años para promover la candidatura ante la Unesco del faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo.
Y es que no fue fácil conseguir el acuerdo unánime que adoptaron ayer el Ministerio de Cultura y las 17 comunidades autónomas, en el seno del Consejo del Patrimonio Histórico, para que la Torre de Hércules sea la candidata oficial de España para ser Patrimonio de la Humanidad. La unidad de todas las instituciones y partidos políticos entorno a la figura del faro coruñés data incluso de pocos meses. En estos momentos, están a punto de finalizar los trabajos de rehabilitación del interior de la torre para eliminar las grietas y filtraciones por las que se colaba en abundancia el agua, cuando llovía durante el pasado invierno.
Las obras, con un coste de 100.000 euros, así como un plan para reurbanizar todo el entorno dotado de 300.000 euros, se aprobaron tras meses de denuncias vecinales por el deterioro que sufría el faro, cuya gestión comparten la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento. Atrás quedaron ayer las polémicas entre instituciones que pasaron todas, y sin fisuras, a prometer trabajar duro por conseguir el reconocimiento mundial de la Torre de Hércules.
Ser candidata es ya "una recompensa del gran trabajo realizado", afirmó el alcalde, el socialista Javier Losada. Fue el ministro de Cultura, el también coruñés César Antonio Molina, quien le comunicó por teléfono la candidatura del faro. Y tanto el Gobierno como la Xunta confían en que "la excepcionalidad y singularidad" del monumento coruñés juegue en su favor ante la Unesco, "porque son realmente los valores que cuentan para ella", destacó el director general de Patrimonio de la Xunta, Felipe Arias.
Construido en la antigua Brigantium, apenas quedan, en su interior, restos romanos de su primera configuración. El aspecto actual de la Torre, de corte neoclásico, con una singular base cuadrada, ventanas y una altura de 68 metros que se alcanza tras subir 242 escaleras, es fruto de la reconstrucción que se realizó en 1791. El faro, cuya linterna abarca 32 millas, sigue siendo una imprescindible señal marítima para entrar en el puerto de A Coruña, pero es además un punto de atracción turística importante que, de conseguir ser declarado Patrimonio de la Humanidad, supondrá una importante inyección económica para toda Galicia, aseguran las autoridades. Por de pronto, tanto el Estado como la Xunta ya han prometido reforzar con inversiones los planes municipales para arreglar el faro y todo su entorno.
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