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El abogado de El Solitario dice que intentó vender una estatua sin pedir nada a cambio

F. Javier Barroso

Un fin altruista. O su alto gusto por el arte. Eso parece ser lo que animó a José Mariano Trillo-Figueroa, el abogado de Jaime Giménez Arbe, El Solitario, a vender por Internet una escultura de 1.000 kilos de bronce del artista Emilio Laiz Campos. Y eso que no era de su propiedad. El letrado aseguró ayer que no había cobrado "ningún céntimo" y que ni conocía a la legítima propietaria de la obra, la hija del artista.

La historia de esta presunta estafa comenzó alrededor del mes de febrero de este año, cuando a Trillo-Figueroa le tocaron unos estuches de colores infantiles en una subasta. Decidió guardarlos en unos almacenes en la calle de la Pirita de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Allí se topó con una enorme escultura de un cristo de cuatro metros de altura y con un peso de 1.000 kilos. "Como me gusta mucho el arte, pregunté al dueño de la nave si estaba a la venta", explica Trillo-Figueroa.

El letrado José Mariano Trillo-Figueroa quedó en libertad con cargos tras prestar declaración

Dicho y hecho. Colgó unas fotos de la obra en una página de subastas de Internet. Se las había entregado en su despacho el dueño de la nave industrial. Y a partir de ahí empezó la puja. Comenzó con una cifra muy baja: 600 euros. "Lo hice así por indicaciones del propietario de la nave", mantiene en todo momento. Sólo el bronce utilizado para su construcción valdría en el mercado 48.000 euros, según fuentes del sector.

La puja fue en aumento. Hasta que llegó un eventual comprador que ofreció 8.000 euros. El montaje se destapó cuando quiso hacer efectiva la adquisición. El abogado de El Solitario no tenía ninguna opción sobre la escultura y, por tanto, no podía venderla. El afectado intentó contactar con la propietaria, Margarita Laiz Abia, hija del escultor, quien se negó a la venta del enorme cristo.

Ante tanta irregularidad, el comprador acudió a comisaría y denunció a Trillo-Figueroa por un delito de estafa. Los agentes de la comisaría del distrito madrileño de Retiro acudieron a su despacho profesional varias veces, pero no dieron con el letrado. Se encontraba fuera de viaje. Hasta que pudieron arrestarlo la tarde del martes.

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La legítima dueña de la obra afirma que nunca ha hablado ni ha visto a Trillo-Figueroa. Margarita Laiz, de hecho, no tenía intención de venderla hasta que tuviera una buena oferta. Su padre hizo el cristo y lo guardó en su taller. Entre sus obras destacan los bustos de Manolete y Bienvenida en la plaza de Las Ventas, de Madrid, o la escultura del doctor Fleming, también en el coso taurino. "Vendió mucho por Hispanoamérica, donde es muy conocido", concluye Margarita, que se encuentra molesta por verse envuelta en este imbricado enredo.

El letrado de El Solitario mantiene en todo momento su inocencia: "Yo no he cometido ningún delito. No sé si han actuado de mala fe o pretenden aprovechar las circunstancias para hacerme daño. No iba a sacar nada con esta venta".

Trillo-Figueroa quedó en libertad con cargos tras prestar declaración en la comisaría de Retiro. En las próximas semanas tendrá que asistir a un juicio rápido en los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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