Crisis en la coalición de Vigo por la reserva de suelo para vivienda protegida
El BNG acusa al PSdeG de incumplir el pacto de gobierno y amenaza con ir por libre
La reserva de suelo para vivienda protegida en el plan general de urbanismo de Vigo, que el PSdeG quiere aplicar en un 40% en todos sus ámbitos, ha puesto en crisis su pacto de gobierno con el BNG. Los dos socios se acusan de incumplirlo. El alcalde, Abel Caballero, anunció ayer que no dará marcha atrás en su propósito. Los nacionalistas señalan que así no se aprobará el plan general en este año, objetivo prioritario del pacto, amenazan con dar respuestas propias si no se atienden sus demandas y reclaman que el plan se apruebe por consenso de toda la corporación.
El líder del grupo nacionalista, Santiago Domínguez, se reunió ayer con representantes de Consultora Galega, redactora del plan general de Vigo, quienes le destacaron la dificultad, "prácticamente insuperable", de aprobar el documento este año si han de introducir en él la reserva para vivienda protegida del 40% de suelo edificable en todos los ámbitos del plan, como pretenden el alcalde y el equipo municipal de urbanismo, con dirección socialista. "Con pequeños cambios", dijo Domínguez, sería posible acercarse a ese 40% en el conjunto del plan general y aplazar el resto de la aplicación a un futuro próximo, a cuando entre en vigor la Lei de Medidas Urxentes sobre Vivenda que prepara la consellería que dirige Teresa Táboas.
"La aprobación del plan general no es un capricho político", señaló Domínguez. "Nos preocupan los índices de recesión en el sector de la construcción en la ciudad. No lo dice el BNG, sino el Colegio de Arquitectos, los promotores, que están buscando obra fuera, y las entidades financieras", precisó.
Domínguez se ha quejado reiteradas veces por lo que considera injerencias del alcalde en áreas de su competencia. Ayer reconoció las atribuciones socialistas sobre el área de urbanismo y justificó su reunión con Consultora Galega en que "como teniente de alcalde puedo recabar información como puede hacerlo cualquier miembro de la corporación". A su juicio, el grupo socialista "no cumple en absoluto el pacto de gobierno en relación con el plan general".
Al BNG, según explicó, no se le ha dado participación en el proceso de ajustes del plan, y el PSdeG pretende aplicar taxativamente un punto, "que es el 6.c del acuerdo" bipartito, ignorando el cumplimiento de todos los anteriores, que obligan a ese trabajo conjunto. Domínguez expresó su "profunda preocupación" por el hecho de que se imponga a Consultora Galega la inclusión del 40% de reserva de suelo en todos los ámbitos en un plazo de 45 días, "cuando necesitaría cuatro meses". Habría que modificar 400 fichas, establecer nuevos parámetros de cesión de aprovechamientos y cargas. "Si se reducen, también se reducirán las dotaciones o habrá que elevar la edificabilidad", apuntó.
Para Domínguez es más importante aprobar el plan en este año que aplazar la aplicación estricta del 40% en la reserva de suelo edificable. Su intención es que el plan se apruebe por consenso y unanimidad, es decir, también por el grupo popular. En función de ese objetivo, el BNG presentará una moción urgente en la próxima sesión de la Xerencia de Urbanismo para que se convoque la comisión de seguimiento del plan general, en la que están representados los tres grupos, para recibir información y consensuar los cambios que se han de introducir en los próximos 45 días. Si el grupo socialista hace caso omiso, "el BNG tendrá las manos libres para emitir las respuestas necesarias", afirmó.
El líder nacionalista tachó también como "dudosa política" la del grupo socialista por tratar de erigirse "en la única fuerza que gestionará el nuevo plan después de estar años torpedeándolo", y acusó a sus socios de estar "perdiendo el tiempo en el verano, sin querer llevar el plan al consenso".
Previamente, Abel Caballero y la concejala de Urbanismo, Carmela Silva, habían comparecido ante la prensa para reiterar el carácter "absolutamente prioritario" de su propuesta sobre el 40% del suelo edificable, dirigida "contra los precios astronómicos de la vivienda en Vigo, prohibitivos para amplias capas de la población". "No puede seguir esa situación. Lo que vamos a garantizar es suelo libre de especulación para viviendas de la misma calidad que las del mercado libre".
El plan estará blindado contra ilegalidades y será aprobado en este año, aseguró, ya que el cambio "del 40%" no es sustancial ni altera la ordenación urbanística, sino que sólo hace las viviendas más baratas. Silva destacó, por su parte, que el BNG "tiene toda la información de la que se va disponiendo" . Según ella, el propio Domínguez habría mostrado su apoyo a los ajustes y nunca como hasta ahora hubo tanta transparencia con el proceso del plan general
Reaparición de un fantasma
PSdeG y BNG rompieron su gobierno de coalición en Vigo hace cuatro años por el asunto urbanístico y ahora, sin que el tono de la pelea llegue a la acritud y estrépito de entonces, vuelven a encontrarse en el mismo frente.
El fantasma de que pudiera volver a repetirse lo que sucedió en el anterior mandato y que le costó la alcaldía a Ventura Pérez Mariño no ha dejado de planear sobre la política viguesa. Los actuales líderes de los dos partidos han conjurado un millón de veces ese pronóstico, que el PP, naturalmente, cultiva con especial delectación. Pero ambos episodios, el encontronazo del anterior mandato y las grietas que empiezan a abrirse ahora entre socialistas y nacionalistas, tienen puntos de concomitancia que encienden las alarmas.
El BNG no quiere que Caballero aplique de inmediato un compromiso estrella de su programa electoral, la de reservar el 40% del suelo edificable para vivienda protegida porque, según le cuenta Consultora Galega, retrasaría la aprobación del plan. En el grupo socialista no ven que haya mayores retrasos por aplicar la reserva de suelo, y aprecian la voluntad colaboradora de Consultora Galega, que está trabajando ya en los ajustes del plan. El PSdeG considera un "grave error" involucrar a la consultora en debates políticos. Ya se verá, dice el alcalde, si la norma del 40% es viable en todos y cada uno de los ámbitos del plan general, dejando una puerta abierta a la negociación. "No estoy constatando discrepancias con el BNG", señalaba Caballero ayer mismo. ¿Entonces?: los fantasmas.
El BNG pone en jaque el pacto de gobierno antes de cumplirse el medio año de mandato, como entonces. Por la cuestión urbanística -los nacionalistas encargaron el plan a Consultora Galega y se sienten "padrinos" del mismo, Domínguez lo dijo ayer-, como entonces. Cierto que en aquella ocasión el nombramiento del gerente de urbanismo fue el detonante de la ruptura, y ayer Domínguez sólo criticó que no se le diera parte en el nombramiento de la actual gerente, Julia Chamosa.
El grupo socialista acabó solo contra el plan general y en asuntos tan espinosos como Finca do Conde y la promotora ING, que ahora reaparece de la mano de Valery Karpin para revitalizar el Barrio del Cura. Karpin no está de acuerdo con "el 40%" de los socialistas, y Domínguez busca el consenso con el PP.
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