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Rato pide a los Gobiernos que ajusten sus presupuestos ante una crisis más duradera

Solbes rechaza modificar las cuentas de 2008 porque están hechas de forma "muy prudente"

Andreu Missé

La crisis dolerá, sobre todo si se prolonga. Y eso obliga a los Gobiernos a ajustarse el cinturón. Rodrigo Rato, el aún director gerente del FMI, dejó ayer en Madrid un serio aviso sobre la necesidad de profundizar en la tradicional ortodoxia presupuestaria que preconiza el Fondo ante una crisis que tiene visos de ser duradera. Los Gobiernos "deben ser conscientes de que las turbulencias van a tener impacto real, sobre todo en países que necesitan financiación internacional", indicó. Ése es el caso de España. El vicepresidente Pedro Solbes recogió el guante. "El presupuesto es muy prudente. No requiere modificaciones", zanjó.

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El Gobierno francés acaba de aparcar la reducción del déficit público que exige Bruselas. Estados Unidos no prevé recuperar el equilibrio presupuestario hasta 2012. España lleva cuatro años de superávit, pero los presupuestos prevén una reducción del mismo en 2008. Rodrigo Rato se agarró ayer a esa tendencia expansiva del gasto público en un buen puñado de países occidentales y lanzó un serio aviso a las autoridades políticas por las consecuencias de las turbulencias financieras que azotan a los mercados internacionales desde la crisis de las hipotecas basura en EE UU.

"La crisis crediticia es un episodio grave que aún no está totalmente resuelto. Y puede ser mucho más grave si se prolonga", advirtió en una conferencia en la Feria de Madrid (Ifema), a la que acudieron dos centenares de empresarios y varios representantes del Partido Popular. Rato está a punto de volver a España tras anunciar que abandona prematuramente su cargo en el FMI, donde será sustituido por el francés Dominique Strauss-Kahn. Y parece decidido a defender hasta el último día una de las señas de identidad del FMI, la tradicional ortodoxia presupuestaria.

A juicio de Rato, la crisis obliga más que nunca a los Gobiernos a ajustarse el cinturón con presupuestos menos expansivos, adaptados a las nuevas circunstancias.

Los Gobiernos "deben ser conscientes de que la crisis tendrá consecuencias sobre el crecimiento real y de que habrá restricciones crediticias, con efectos sobre los países que necesitan financiación internacional", dijo. Sin citar un solo caso concreto, Rato señalaba directamente a España, por su abultado déficit exterior -el segundo mayor del mundo-, agravado por la fortaleza del euro. No es la primera vez. Tras la presentación de los Presupuestos Generales del Estado de 2008, a finales de septiembre, el máximo responsable del FMI ya apostó por revisar a la baja las previsiones de crecimiento de la economía española.

A pesar de estas advertencias, el vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, descartó ayer rebajar las previsiones para el próximo año, un cambio que provocaría automáticamente variaciones en los presupuestos. Solbes fue muy explícito: "No vamos a revisar las previsiones". El vicepresidente hizo estas manifestaciones en Luxemburgo, minutos antes de la reunión del Eurogrupo, formado por los 13 países que han adoptado el euro como moneda.

El titular de Economía admitió que el nuevo contexto introduce "riesgos adicionales a la baja en términos de crecimiento", pero a renglón seguido destacó que un aumento del producto interior bruto (PIB) del 3,3% para el próximo año "sigue siendo posible". Y precisó que esta cifra ya supone una rebaja de medio punto sobre lo previsto para 2007, que se mantiene en el 3,8%.

Solbes puntualizó que el presupuesto se ha elaborado "de forma muy prudente" y "encaja perfectamente con las circunstancias actuales". En definitiva, el vicepresidente dejó bien claro que "no es nuestra idea" introducir cambios en el proyecto de presupuestos del Estado presentado en septiembre, y pendiente aún de su aprobación parlamentaria.

Respecto al impacto de la tormenta financiera desatada por la crisis hipotecaria en Estados Unidos -que ha agudizado la debilidad del dólar-, Solbes señaló que entre los ministros de la zona euro "existe un consenso bastante amplio en la línea de que el tipo de cambio debe responder a los fundamentales económicos". "La volatilidad nunca es buena", dijo.

Bancos centrales

El intercambio de golpes entre Rato y Solbes dura ya semanas. El máximo responsable del Fondo coincidía ayer con su sucesor en el Ministerio de Economía en que el dólar "cotiza por debajo de su valor" y eso puede provocar inestabilidad. Y, al margen de los tipos de cambio, aprovechó su estancia en Madrid para ahondar en las habituales recetas del Fondo contra los efectos de la crisis. "Los bancos centrales han actuado adecuadamente", dijo, con medidas como las inyecciones de liquidez a ambos lados del Atlántico y un giro en su política de tipos de interés: rebajas en EE UU y estabilidad en UE, que había anunciado subidas.

En la línea de sus declaraciones en Madrid, Rato afirmó en el Financial Times que la crisis "pasará factura" y ahondó en la idea de que las autoridades deben realizar cambios significativos en sus planes presupuestarios. Los Gobiernos "no deben pensar que la inestabilidad es algo que está sólo en los despachos de los banqueros, porque afectará a los presupuestos", especialmente en 2008. "Los riesgos son ahora más importantes que hace seis meses", concluyó.

Rodrigo Rato se dirige al Foro España-Iberoamérica de las Cámaras de Comercio, celebrado ayer en Madrid.
Rodrigo Rato se dirige al Foro España-Iberoamérica de las Cámaras de Comercio, celebrado ayer en Madrid.GORKA LEJARCEGI
El ministro luxemburgués, Jeannot Krecke (izquierda); Pedro Solbes y el holandés, Wouter Bos, en la reunión del Eurogrupo en Luxemburgo.
El ministro luxemburgués, Jeannot Krecke (izquierda); Pedro Solbes y el holandés, Wouter Bos, en la reunión del Eurogrupo en Luxemburgo.AFP

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