Los trabajadores de Llanera dan la espalda a los servicios de CC OO
Un centenar de empleados asisten a la primera asamblea tras la suspensión de pagos
"¿Tú me puedes garantizar que cobraré mi sueldo el próximo día 1?". La desconfianza presidió la asamblea convocada por CC OO en Xàtiva para informar de sus derechos a los empleados de las seis empresas del grupo Llanera que han solicitado el concurso voluntario de acreedores. La vinculación a Llanera de la mayoría de los asistentes no pasa del contrato de obra. Y a tenor de sus comentarios, los miembros de las cuadrillas no parecen temer por el futuro del sector. La presencia de técnicos o comerciales en plantilla fue muy escasa.
La inmensa mayoría de los asistentes a la asamblea sólo tenían contratos de obra
Un centenar largo de trabajadores de las seis empresas de Llanera sometidas al arbitraje del juez desde el pasado martes acudieron a primera hora de la tarde de ayer al Instituto La Costera de Xàtiva convocados por la federación de construcción de CC OO. José Luis Colomer y José Luis Linares, secretario general y responsable de organización de la federación, explicaron algunos pormenores del proceso judicial abierto e instaron a los trabajadores a designar a sus propios representantes o a ceder su representación a CC OO a través de la afiliación al sindicato para hacer valer sus derechos en el concurso de acreedores.
Pero los asistentes han cobrado puntualmente hasta la fecha. La inmensa mayoría apenas están vinculados a Llanera a través de contratos de obra. Y ninguna de las seis sociedades sometidas a concurso ha tenido nunca un comité de empresa.
"Yo tengo un contrato de fin de obra y el jueves terminamos. El encargado nos dijo, a casa", comentó un trabajador.
"Quiero creer que la próxima semana os comunicarán la finalización del contrato y os liquidarán lo que os deben", replicó Colomer.
"¡Yo también quiero pensarlo!", replicó el afectado entre las risas de sus compañeros.
"Mi obra acabó hace un mes y no me han comunicado nada", intervino otro trabajador.
"Las prisas son malas consejeras, ahora debéis hacer piña, no es el momento de abandonar el barco", insistió un miembro de CC OO.
"Pero si yo no sé dónde está mi barco", replicó el aludido y arrancó algunas carcajadas.
"Yo estoy fijo en plantilla y hoy me han dicho que me quede en casa porque no hay faena", dijo un tercero; "he pedido algún tipo de papel y me han dicho que me pagarán lo mismo sin ir a trabajar".
Los sindicalistas alertaron sobre la exclusiva potestad de los administradores concursales sobre los actuales encargados de la empresa; citaron permisos retribuidos, bajas temporales, incluso la opción de la huelga; e invitaron a los trabajadores a asumir los costes de un proceso penoso para poder exigir sus derechos.
La asamblea se descompuso cuando una comercial tomó la palabra: "Llevo tres años y medio en esta empresa y nunca he visto un sindicalista. Lo que me indigna es que ahora pretendáis atribuiros la representación de los trabajadores cuando aquí sólo estamos los que estamos".
"Lo único que hacemos es ofrecer nuestros servicios", se escudó Colomer. Pero la cuota sindical de diez euros al mes adquirió un cariz muy lejano a la solidaridad de clase.
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