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Reportaje:LAS LIBRERÍAS

Libreros de cabecera

En los grandes libreros, los de cabecera, hay buena parte de vocación y mucha profesionalidad. Los que aparecen en esta página son mejores que el ISBN: tienen todos los libros en la cabeza y conocen y saben aconsejar al lector.

Paco Camarasa

En realidad son dos los francotiradores de la librería Negra y Criminal: Paco Camarasa (Valencia, 1950) y Montse Clavé (Villamartín, Cádiz, 1946). Él primero fue librero en Valencia y luego, distribuidor en Barcelona. Ella hizo teatro y se dedicó al cómic y a escribir libros de gastronomía. El amor y la pasión por la novela negra les unió en Barcelona. Con más de 50 años y sin trabajo decidieron montar una librería a su medida. Montse se inventó el nombre, que ha propiciado una nueva denominación del género: negro-criminal, que ha hecho fortuna. La librería, que cumplirá cinco años en diciembre, está en uno de los lugares más bonitos de la Barceloneta. Los aficionados saben que todos los sábados por la mañana podrán disfrutar allí de libros, conversación y mejillones y vino blanco. La librería se ha convertido en un foco de acción: Camarasa es el comisario de BCNegra, una semana de novela negra que se celebra en Barcelona cada febrero, y dirige cinco clubes de lectura. En Negra y Criminal se pueden comprar desde las últimas novedades a libros inencontrables. Camarasa y Clavé se sirven de una potente web y del correo electrónico para tener a sus clientes informados.

Lluís Morral

Lo suyo y los libros fue pura casualidad. Lluís Morral (Sabadell, 1956) estudió Historia y estaba sin trabajo. Era abril de 1986, poco antes de Sant Jordi, el día del libro y de la rosa. Le salió una sustitución en Laie, le gustó, pero estaba convencido de que le duraría poco. Y ahí sigue. Durante mucho tiempo fue cajero, ahora es el director. Es mucho mejor que el ISBN, tiene todos los libros en la cabeza. Laie, que cumplirá 27 años en diciembre, deslumbró como librería-cafetería. Al principio se ganaba más dinero con Café Laie que con los libros. Ahora, no. Además, bajo la férrea dirección de Montse Moragas se ha diversificado. Laie sigue centrada en los libros y tiene un fondo más que considerable. A su lista de librerías especializadas-tiendas de museo ha añadido las del Picasso, Espai Liceu, parque Güell y en noviembre inaugurará la de CaixaForum en Madrid. También tiene una línea de restauración: el restaurante de CaixaForum Barcelona y Laie Catering.

Albert Padrol y Pep Bernades

En realidad, Altaïr, la gran estrella que guía a los viajeros, es además de errante una estrella doble. La librería la fundaron Albert Padrol (Lleida, 1948) y Pep Bernades (Gironella, 1951), dos impenitentes viajeros, en 1979 en un pequeño local de la barcelonesa calle de la Riera Alta. Lo que hacían y lo bien que lo hacían -vender libros de viajes y ayudar a preparar esos mismo viajes, asesorando con su experiencia, sus consejos y paciencia (que es mucha)- les catapultó adonde están ahora: un espléndido y céntrico local en la Gran Vía de la ciudad con un fondo de más de 70.000 títulos entre los que uno puede encontrar la mejor literatura de viajes, ensayos sobre los diferentes países, su cultura y su historia, guías, mapas, libros de fotografías y maravillosos cuadernos de viajes (además de música y algunos gadgets para nómadas modernos). El secreto de Padrol y Bernades ha sido reivindicar una mirada nueva sobre el fenómeno de viajar, culta y humana. Su idea es que viajar, y en esto se adelantaron a toda una generación, es tratar de entender el mundo, encontrar al otro e intercambiar ideas. Han convertido su librería no sólo en el templo -nada sagrado, por cierto: pocas librerías hay en las que el cliente se sienta tan relajado, tan a sus anchas- de la venta de libros de viajes sino en un lugar de contacto y de irradiación cultural.

Antonio Ramírez

Nació en Colombia en 1959 y a los 20 años quiso irse a Europa, pero como el dinero no le daba se quedó en México, DF. Ya sabía que quería ser librero y lo fue, primero en una librería pequeñita y luego en la prestigiosa Ghandi. En México estuvo seis años y estudió Económicas. Luego sí pudo dar unas vueltas por Europa -París, Roma- hasta que en 1986 recaló en Barcelona, de donde, dice, no piensa moverse.

Estuvo un año buscándose la vida, como "un suramericano más". Entre otras cosas importó libros latinoamericanos para venderlos en librerías de Barcelona. También estudió Antropología. En 1987 empezó a trabajar en Laie y allí estuvo hasta 1994, cuando por fin pudo poner en marcha su sueño: montar una librería. La Central. Luego, La Central del Raval y después, las más especializadas del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y del Reina Sofía en Madrid. Las Centrales son librerías de fondo, pero, sobre todo, una invitación al descubrimiento. Vas a buscar un libro que necesitas y te llevas dos que te sorprenden. La celeridad con que ofrece los mejores títulos editados en el extranjero es muy gratificante. "No nos hemos hecho ricos, pero estamos contentos", dice Ramírez.

Guillem Terribas

Llibreria 22 de Girona es posiblemente una de las librerías de Europa en la que se hacen más presentaciones de libros. Su alma máter y fundador es Guillem Terribas (Salt, 1951), activista cultural infatigable desde la adolescencia, autodidacta y tanto o más cinéfilo que lector. Terribas está también tras el colectivo de críticos cinematográficos que programa el prestigioso Cinema Truffaut y tras el premio literario de novela corta (Premio Casero) que concede su librería. Es indispensable en todos los saraos. La librería, inaugurada en 1978, es un gran hervidero cultural en el que gusta ejercer de gran cocinero. Los sábados por la mañana, uno puede toparse con escritores, políticos, periodistas y actores.

Gotas de Historia

El Modernismo. Los hijos de la Revolución Industrial instauraron con gran éxito el Modernismo; basta con mirar los edificios más emblemáticos para ver el buen trabajo de artistas y patronos, y la añoranza de la naturaleza y de los mitos. Gaudí y el conde de Güell son el tándem ideal. Manchester y los arts & craft. Picasso y su juventud catalana. El Palau de la Música y las señoras de miriñaque.

Santiago Rusiñol. El modernismo bohemio es Santiago Rusiñol (18611931), escritor, dramaturgo y pintor extraordinario. Estuvo en Els Quatre Gats y en el París canaille. Pintó Montmartre, Mallorca y Aranjuez (y a Eric Satie). Descubrió el azul de Sitges y entronizó a El Greco. Trasnochador y morfinómano, tenía su estudio en el paseo de Gracia. Caricaturizó amablemente a artistas, burgueses y obreros.

1906. Solidaritat Catalana, Primer Congreso Internacional de la Lengua Catalana, en el que aparecen libros clave de Maragall, Casellas, Carner, Ors, Oller, Costa, Bertrana... Una cosecha literaria excepcional en un año que es bisagra y esperanza de un nuevo orden político y cultural. Parecía que la regeneración había llegado; pero duró poco: a la vuelta de la esquina aguardaba la Semana Trágica (1909).

Pompeu Fabra.Cuando la Barcelona medieval echa al suelo las murallas y se expande, desbordada, por la cuadrícula incipiente del Eixample, el catalán arcaizante, dialectalizado y anárquico se somete a la matemática erudita y diplomática del ingeniero-gramático Pompeu Fabra (1868-1948). Logró el consenso, las normas y la modernidad. Murió en el exilio, pero escribimos el catalán como él enseñó que debíamos hacerlo.

Eugeni d'Ors. Dandi cosmopolita, filósofo, conferenciante de lustre, con olfato por lo nuevo y las artes. Eugeni d'Ors (1881-1954) utilizó el seudónimo literario de Xènius, marcó el rumbo espectacular del novecientos, y acabó vistiendo camisa azul. Ególatra, ejemplifica en su Glosari lo que pudo ser la alta cultura. Escribió, sin saberlo, novelas filosóficas y descubrió el incesto en Gualba, la de mil veus y el Stream of consciousness en Oceanografia del tedi.

Josep Carner. Humorista, periodista, traductor, cónsul de la República. El paso del modernismo al mediterraneismo del novecientos es, en gran parte, obra de Josep Carner (18841970), a quien sus contemporáneos bautizaron como el príncipe de los poetas. A su dominio e inventiva de la lengua y su ingenio formal se aúna una espectacular contención emotiva. Es Robert Frost y Saint John Perse. Se casó en Chile, vivió en Génova, Beirut, República Dominicana, México, Bruselas. En su recopilación Poesia (1957) alcanza la perfección.

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