Los veteranos salvan al Getafe

Decía Ángel Torres el lunes, antes de enfilar Holanda y defender en la coqueta cancha del Twente el gol de ventaja de Uche, que el Getafe no sacaba rendimiento a su debut en Europa. Que era un estorbo, que hasta pasada la fase de grupos no podría relucir la buchaca. De acuerdo con esta versión, el Getafe estuvo a punto de quitarse anoche un peso de encima. El sueño del equipo, en plena reforma para adecentar sus infraestructuras de Segunda, estuvo a un paso de convertirse muy pronto en pesadilla. El Twente estuvo muy cerca de eliminarle a las primeras de cambio y ahondó en el pésimo arranque del cuadro de Michael Laudrup, que sólo había sido capaz de anotar cuatro goles en ocho partidos. Ayer fueron dos, obra de Belenguer, un central, y Granero, un mediocampista. Un porcentaje ridículo para aspirar siquiera a la permanencia en las grandes Ligas.

Por mucho que el cuerpo técnico y la directiva cierren filas, y hasta se permitan el lujo de prometer 50 dianas en la Liga, el equipo madrileño no tiene pegada. Su imagen contra los holandeses distó de la ofrecida ante el Real Madrid. El asedio a Casillas, los 26 remates que atosigaron tan insigne portería, no se vieron. Boschker vivió una jornada plácida, salvo un remate a la remanguillé de Belenguer y un libre directo lanzado al travesaño por Granero. Manu del Moral, con otro palo, confirmó los males del Getafe. Gruñe pero no muerde. Le falta un nueve de referencia. Laudrup ya no sabe qué hacer. De primeras, optó por Braulio en vez de Uche. El africano entró por el canterano del Atlético al descanso. Ninguno mostró sus virtudes.

El único que estuvo en su sitio fue, cómo no, Abbondanzieri. El Pato, recuperado de la lesión que forzó el estreno de Ustari -errático ante el Valencia-, le paró un penalti a N'Kufo. El congoleño, con pasaporte suizo, lanzó seco, pegado al palo derecho. Abbondanzieri le sacó una manopla de vértigo. El argentino salvó el duelo. Impidió que su equipo, novato en estas lides, se fuera irremediablemente a la UCI. Del Moral incluso falló otra pena máxima.

Tras la expulsión del goleador caseo, tras un rifirrafe con Belenguer, el Getafe respiró por un momento. Poco a poco, metió en su campo a los de Rutten. Los holandeses, que sólo crearon peligro a balón parado y tras algún rechace, buscaron como locos la prórroga. Wislaer, el autor del único gol en el tiempo reglamentario, se hartó a despejar balones en el centro de la defensa. Igual siguió en los 30 minutos añadidos.

Como de costumbre, el Getafe terminó hilando fino. Hasta se do un atracón, dos goles. El primero, decisivo, de Belenguer. Granero se apuntó al rato a la fiesta. Parecía una renta holgada... No con el Getafe de por medio. El Twente remontó en 20 minutos de infarto.Le faltó tiempo.