_
_
_
_
MIRADOR
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Historias de uranio

¿Qué diferencia existe entre una planta radiactiva o una industria, por ejemplo, de automóviles, más allá, obviamente, del distinto producto que se fabrica y del grado de peligrosidad que genera? En principio, ninguna. Una y otra están compuestas por humanos a los que les mueven objetivos comunes como la eficacia, el desinterés o el despecho. Claro que cuando se registra una pequeña desaparición de material radiactivo y se sospecha que haya podido ser causado por un acto de sabotaje de un empleado, la situación resulta inquietante. Y lo es precisamente debido a la sensibilidad y peligrosidad del producto en cuestión y a la posibilidad de que el daño vuelva a ocurrir.

Cuando suceden incidentes de esta naturaleza, como fue el caso de la desaparición de uranio la semana pasada en la planta que la empresa estatal Enusa tiene en Juzbado (Salamanca), inmediatamente se tiende a pensar en que los sistemas de seguridad han fallado y que es urgente mejorarlos. En el caso de Enusa, los expertos afirman que esos sistemas funcionan muy bien. Perfectos desde luego no son, puesto que los controles no lograron detectar la salida de un pequeño frasco de plástico conteniendo decenas de pastillas de uranio. El bote fue encontrado más tarde bajo una encina cerca de la valla de entrada a la instalación.

Difícilmente cabe entender que se trate de un robo cuando el material no llegó jamás a salir del perímetro exterior de la fábrica. Habría que investigar más bien qué esconde este hecho, definido por otra parte como grave, y sobre todo qué grado de frustración, en el caso de que haya sido sabotaje, había en alguno de los empleados para actuar por venganza y poner en entredicho los niveles de seguridad de la planta.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_