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El gobierno de A Coruña busca medidas para atajar el 'botellón'

Los vecinos protestan por las concentraciones de jóvenes en el centro

El gobierno municipal de A Coruña inicia hoy una ronda de reuniones para articular un "plan de choque" contra el botellón. La concentración masiva de jóvenes en plazas céntricas de la ciudad, las noches de los jueves, viernes y sábados, se ha disparado en septiembre tanto como la irritación de los vecinos afectados, quienes también organizan medidas de protesta contra el equipo del alcalde, Javier Losada, al que tachan de indulgente.

El pasado fin de semana apenas se percibió el dispositivo policial organizado por el Ayuntamiento, con ocho patrullas de agentes locales y nacionales que se dedicaron a recorrer en coche las zonas de la movida juvenil coruñesa.

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La plaza de Azcárraga, en el corazón del casco antiguo de la ciudad, volvió a amanecer ayer cubierta de basura, bolsas de plástico, vasos, botellas y otros restos del macrobotellón que reunió a más de 2.000 jóvenes durante la noche. Los servicios de limpieza llenan una media de diez contenedores con la basura que, cada madrugada del fin de semana -las concentraciones de bebedores comienzan la noche del jueves-, recogen en esta plaza, convertida en el mayor punto de concentración de la movida juvenil al aire libre de la ciudad. Cerca de allí, en un lateral del Palacio municipal de María Pita, la plaza del Humor también es, desde hace años, centro de otro masivo y ruidoso botellón.

Hartos de noches de insomnio, de la suciedad y del vandalismo que acompaña en ocasiones cada vez más frecuentes las hordas de bebedores callejeros que invaden el centro de A Coruña, los vecinos de la Ciudad Vieja celebrarán el miércoles una asamblea, abierta a todos, para adoptar medidas de protestas y forzar al Ayuntamiento a tomar cartas ante un fenómeno que, en septiembre, se ha acrecentado hasta "límites insoportables", sostienen los residentes de las zonas afectadas.

Tras aparecer la plaza de Azcarrága empapelada el pasado lunes 24 de septiembre con carteles que pedían la dimisión del regidor, Javier Losada, con la reproducción de un chiste de Forges sobre un alcalde condenado por no atajar el ruido en su municipio, el gobierno municipal bipartito, integrado por el PSOE y el BNG) parece decidido a tomar más medidas.

El alcalde encargó al nuevo director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento la elaboración y puesta en marcha de "un plan de choque que erradique los problemas y molestias generadas por la celebración del botellón en diferentes zonas de la ciudad".

El socialista Javier Losada se reunirá hoy con los concejales de Participación Ciudadana y de Juventud para estudiar medidas y alternativas que permitan "conciliar el ocio de los jóvenes con el derecho al descanso" y preparar una nueva ordenanza de uso de los espacios públicos que espera consensuar con todos los sectores, según informan fuentes municipales.

Entre las medidas que baraja el gobierno local, quien enmarca su plan de choque contra el botellón en un futuro "proyecto de ciudad silenciosa", está incluso la posibilidad de prohibir la ingesta de alcohol en la calle. Los concejales estudian también imitar a otras ciudades que crearon botellódromos, es decir, disponer espacios públicos delimitados en los que los jóvenes puedan celebrar sus reuniones nocturnas al aire libre sin generar molestias.

Apenas se percibió el pasado fin de semana los efectos de la primera medida adoptada por el equipo de Losada para tratar de atajar los botellones. En colaboración con la Policía Nacional, ocho patrullas de agentes recorrieron las noches del viernes y del sábado las distintas zonas de la movida callejera.

Gritos a las patrullas

En la plaza de Azcárraga, los miles de jóvenes concentrados durante la noche del sábado y la madrugada del domingo saludaron con un inmenso griterío a cada paso de los coches policiales. Los agentes fueron abucheados cuando intervinieron, sin bajarse de sus vehículos, para exigir a unos jóvenes la retirada de su coche, abierto y con la música a todo trapo.

Una ordenanza municipal prohíbe desde hace varios años cantar, gritar u orinar en las calles de A Coruña. "Pero no se cumple", denuncian los vecinos. Durante los botellones del pasado fin de semana, nadie fue sancionado. Mientras, los vecinos se quejan de que siguen aumentando los destrozos del mobiliario urbano, de las zonas ajardinadas y hasta algunos portales de viviendas han sufrido desperfectos.

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