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Crónica:Fútbol | Sexta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

A golazo limpio

El Atlético sigue inspirado y tumba a Osasuna con dos maravillas de Raúl García y Agüero

Tiene poder el Atlético. Le falta talento atrás y le sobra delante, con lo que, cuando consigue no destaparse, es capaz de mostrar magníficos ratos de fútbol. Ayer, ante Osasuna, se inventó unos cuantos, la mayoría protagonizados por un Agüero que vive en estado de gracia. Pudo golear el equipo de Aguirre, que acumuló ocasiones hasta hartarse. Sólo la falta de puntería le impidió darse un festín ante un rival de poco fuste. Resolvió el envite gracias a dos maravillas, dos golazos firmados por Raúl García y Agüero.

Todo nació en la izquierda. Nada tenía aquel balón que Antonio López mandó al área y que Raúl García convirtió en una obra de arte. Voló la pelota desde la banda izquierda y Miguel Flaño la despejó como debía, de cabeza, lejos, donde no hubiera peligro (se suponía), a unos 35 metros de la portería. Donde estaba Raúl García, presto al quite. El chico no se lo pensó y golpeó el balón como le venía, duro, seco, abajo, con el empeine. Se fue acelerando su disparo, que entró pegado al palo izquierdo de un Ricardo que se estiró para evitar lo inevitable: un gol de bandera.

ATLÉTICO 2 - OSASUNA 0

Atlético de Madrid: Abbiati; Seitaridis, Pablo, Eller, Antonio López; Raúl García, Maniche; Reyes (Luis García, m. 58), Agüero, Simao (Maxi Rodríguez, m. 58); y Forlán (Jurado, m. 79). No utilizados: Falcón; Zé Castro, Pernía y Cleber.

Osasuna: Ricardo; Izquierdo, Miguel Flaño, Josetxo, Corrales; Puñal; Vela (Juanfran, m. 53), Javi García, Héctor Font, Plasil (Pandiani, m. 53); y Portillo (Dady, m. 75). No utilizados: Elía; Cruchaga, Margairaz y Azpilicueta.

Goles: 1-0. M. 38. Chutazo de Raúl García desde fuera del área que se cuela pegado al palo.

2-0. M. 82. Arrancada de Agüero desde el centro del campo, que se planta al borde del área y marca por alto.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Pablo Font, Antonio López y Seitaridis.

Unos 40.000 espectadores en el Calderón.

Promete tanto el Atlético que resulta incomprensible que no resuelva los partidos con mucha más autoridad de la que suele exhibir. Pero le falta continuidad. Nadie refleja mejor la anarquía que, a ratos, invade al equipo, que Maniche, un futbolista que está pero no se le encuentra, que no se frena, que lucha hasta reventar, que sube y baja sin demasiado criterio, intentando auxiliar a Raúl García en defensa y a Agüero en ataque, sin conseguir ni lo uno ni lo otro.

No está hecho Osasuna, un equipo que le hizo un canto a la vulgaridad en el Calderón.

Dio grima la soledad en la que malvivió Portillo durante muchos minutos. Intentó buscarse la vida el delantero, que molestó lo suyo a Pablo y Eller. Tanto molestó al brasileño que optó éste por frenar sus acometidas con una patada barriobajera, abajo, pisando por detrás el tobillo de su rival.

Pese a las amenazas de Portillo, el Atlético vivió con placidez en defensa, hasta el punto de que Antonio López pudo irse al ataque una y otra vez. Nadie le tapó en la banda izquierda, y ahí comenzó a hacerse grande el Atlético. Antes de que Raúl García dibujara aquel zapatazo que se fue dentro, Forlán y Agüero pudieron adelantar a su equipo, que no paraba de llegar arriba, con calma, sin precipitarse, sin verse afectado porque a Reyes se le hiciera una y otra vez de noche en el costado derecho. En el Manzanares, hoy, pueden verse acciones como aquella que inició Maniche, quien combinó con Simao para que éste le dejara un balón prodigioso, de tacón, al borde del área, una delicia que la defensa de Osasuna no pudo frenar sino con falta. Llegó el gol de Raúl García y el Atlético se sintió feliz, con el Kun en su papel de jefe de la banda, crecido como está el chico.

Sólo durante unos momentos tuvo dudas el Atlético, que se aturulla cuando son sus defensas quienes inician la jugada. Optó Aguirre, con buen criterio, por cambiar a los extremos, fuera de onda como estaba Reyes y apagado Simao. Luis García le dio aire al equipo por la derecha, y el jolgorio se instaló en la grada, que disfrutó con el Atlético como hacía tiempo. Y que disfrutó, sobre todo, con Agüero, empeñado en dejar huella. Primero mandó un remate que escupió el palo, antes de ejecutar la jugada del partido.

Ocho minutos quedaban cuando al Kun le llegó el balón en el centro del campo. No se lo pensó. Se lo ató al pie y fue corriendo millas, dejando en el camino a cuantos quisieron perseguirle. El chico, que está que asusta, esprintó de un modo inesperado, la cabeza arriba, hasta el final, hasta otear el panorama al borde del área grande y colar el balón arriba, a la escuadra derecha de Ricardo. Estalló el Calderón, que vive en éxtasis la resurrección del argentino, quien ha tardado un año en verificar lo que prometía: que es un gran futbolista. El Atlético se ha abrazado a él y crece por momentos, más allá de que todavía le quede un trecho. Pero, al menos, el equipo comienza a creérselo, algo necesario en un club que ha vivido lastrado mucho tiempo por un victimismo que parecía congénito y que tipos como Agüero se han empeñado en enterrar. En ello está.

Agüero dispara a puerta ante Miguel Flaño.
Agüero dispara a puerta ante Miguel Flaño.EFE

Agüero, como Messi

Los dos son argentinos, los dos son pequeños y los dos están de moda. Javier Aguirre, entrenador del Atlético, no dudó en comparar al Kun Agüero con Messi. Habló de su talento "bestial", según su opinión, y se felicitó tanto por el estado de forma de su futbolista como del momento que vive, el equipo. El técnico mexicano manifestó tras la victoria de los suyos que da la sensación de que "el equipo comienza a creer en sus posibilidades" y que si sigue así terminará compitiendo por metas importantes.

"Da la sensación de que los jugadores están empezando a creérselo y a entender que si se sacrifican y son solidarios, luego tienen mucho talento", dijo Aguirre antes de referirse a la actuación de Agüero: "Está fuerte y cómodo. Ha entendido su rol dentro del equipo y ha sabido administrarse bien en los partidos. Es un chico con mucho desparpajo y muy alegre. Ojalá nos dure así mucho tiempo", comentó.

A continuación, surgió la comparación con Messi: "Es una suerte para la selección argentina tener a los dos. Son dos chicos que llevan una carrera profesional muy buena. Son humildes y tienen un talento bestial. Quizá se hable más de Messi por la competición europea que juega su equipo". Por su parte, Ziganda entrenador de Osasuna, fue categórico: "Nos ha ganado un gran equipo".

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