Un conciliador del legado mitológico
NACIDO EN julio de 1934 en Abeokuta (Nigeria), Akinwande Oluwole Soyinka, más conocido como Wole Soyinka, fue, en 1986, el primer premio Nobel de África subsahariana. Más allá de su labor de profesor distinguido en varias universidades africanas y americanas, es novelista proteico y a veces hermético, poeta versátil e irónico, ensayista político-cultural disidente, y un asiduo teórico de la literatura y del teatro. Pero Soyinka se considera a sí mismo, ante todo, dramaturgo, que asume y concilia el legado mitológico yoruba y los hallazgos del teatro occidental como actor y director: primero en el Royal Court Theatre entre 1957 y 1959; y luego, con la fundación de las compañías de teatro, The 1960 Masks en 1960 y Orisun Theatre Company en 1964, que mezclan danza, canto, mitos tradicionales africanos. Gran parte de su variada y extensa obra, escrita en inglés, no está disponible en castellano. En ella denota una aguda crítica social y un inusual compromiso político. Desde muy temprano se singulariza como humanista rebelde que pone en evidencia la impostura política y las contradicciones de las sociedades poscoloniales africanas: es encarcelado durante la guerra civil de Biafra en 1967 por pedir un alto el fuego. La novela Este hombre ha muerto (1972) narra las extremas vivencias de su cautiverio. Su posterior trilogía -Ake (1981), Isara (1988) e Ibadan (1994)- constituye una especie de autobiografía novelada que recoge desde los intersticios de sus inicios literarios, su condena a muerte por parte de la dictadura militar de Sani Abacha, hasta sus múltiples destierros. Clima de miedo de publicó originalmente en 2004.
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