La verdadera libertad de expresión

Como cada año, decenas de presidentes, aliados o enemigos de Estados Unidos viajan a Nueva York para acudir a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este año, como no iba a ser menos, hemos comprobado de nuevo la libertad de expresión que, a diferencia de otros países, reina en los Estados Unidos. Alexis de Tocqueville, el gran liberal decimonónico, ya afirmaba que la prensa en América es "quien con su ojo avizor saca siempre a la luz los resortes secretos de la política y fuerza a los hombres públicos, uno tras otro, a comparecer ante el tribunal de la opinión". Ha sido un espectáculo incomparable el ver cómo la prensa y los estudiantes han interrogado en varias ocasiones al presidente iraní, mientras que en su país esto es simplemente imposible. Sólo la reacción de los alumnos de la Universidad de Columbia riéndose y abucheando a Ahmadineyad mientras éste afirmaba impávido que la homosexualidad no existe en su país, después de haber ejecutado a varios homosexuales, representa clara y concisamente la verdadera libertad de expresión, la libertad que es negada día sí y día también en Irán, aunque seguro que no por mucho tiempo.