El Rey impone a los dos soldados muertos la Cruz con distintivo rojo
Los paracaidistas despiden a sus compañeros fallecidos en Afganistán
Los Reyes de España presidieron ayer el funeral de Estado por los dos soldados muertos el lunes en un atentado en Afganistán: Stanley Mera Vera, natural de Guayaquil, de 20 años, y Germán Pérez Burgos, de Alanje (Badajoz), de 33, padre de una niña de poco más de un año. Ambos, despedidos por sus compañeros paracaidistas, fueron condecorados a título póstumo con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.
"Germán y Stanley lo presentían. Los militares saben a lo que se exponen y cuando llega la muerte la viven como un acontecimiento más", dijo el arzobispo general castrense, Francisco Pérez, al inicio de la misa por los dos soldados fallecidos el lunes en Afganistán en un ataque talibán. Germán Pérez Burgos estaba casado, tenía 33 años y una niña que aún no había cumplido dos. Stanley Mera Vera, de 20 años, nacido en Guayaquil (Ecuador), llevaba sólo un año en la Brigada Paracaidista (Bripac).
Dieciséis caballeros legionarios paracaidistas, entre los que, como Stanley Mera, había muchos inmigrantes, llevaron a hombros los ataúdes con los cuerpos de sus dos compañeros hasta la plaza de armas de la sede de la Bripac en Paracuellos (Madrid), en el mismo lugar donde hace tres meses despidieron a otros seis compañeros muertos por la explosión de un coche bomba en Líbano.
Don Juan Carlos, vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, y doña Sofía, de luto riguroso, presidieron el funeral de Estado, tras abrazar en silencio a unos familiares desencajados. La viuda de Germán, "Burgos", como lo llamaban en su unidad, permaneció toda la ceremonia agarrada a la fotografía de su marido e incluso cantó con el resto de los soldados la canción La muerte no es el final. También conocía la letra de la oración del paraca -"queremos ser el mejor soldado de la patria, porque tenemos sentido del riesgo, de cara a la muerte..."- porque Germán era un soldado vocacional.
"Cada vez más difícil"
"Después de estar en Bosnia se fue para trabajar en una empresa de su padre, pero echaba de menos el ejército y volvió. Se iba a Afganistán con muchísima ilusión", contó un compañero de la Brigada Paracaidista, Iván Llamodosa. "Antes todo el mundo quería ir de misión, pero la situación es cada vez más difícil. Aún así, tenemos que seguir estando allí", añadió.
El Rey colocó sobre los féretros, cubiertos con la bandera española, la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo concedida a título póstumo a los dos militares muertos y al intérprete afgano que les acompañaba. Emocionados, los familiares recibieron después la boina negra de los dos soldados. Stanley Mera fue enterrado en el pabellón de la Bripac del cementerio de Alcalá de Henares, localidad en la que residen su madre y sus tres hermanos desde que llegaron a España hace ocho años. Los restos de Germán Pérez estaba previsto que ayer fueran trasladados a Sevilla para ser incinerados.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; los ministros de Defensa, José Antonio Alonso; Turismo, Joan Clos; y Fomento, Magdalena Álvarez; asistieron al funeral, así como el líder del PP, Mariano Rajoy; la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre; el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, y toda la cúpula militar.
El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha abierto una investigación sobre el atentado terrorista en Afganistán. Expertos militares estadounidenses analizarán el explosivo que estalló al paso del vehículo en el que los dos soldados muertos regresaban a la base española.
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