La Casa de la Inquisición de Mancha Real es demolida pese a la protección de Cultura
El inmueble, que perteneció a la familia Martínez Bordiú, presentaba un estado de ruina
La Casa de la Inquisición de Mancha Real (Jaén), un edificio del siglo XVII, ha sido demolida en su integridad. El nuevo gobierno municipal, del PP, se ha amparado en un expediente de ruina para derribar el inmueble, que en su día perteneció a la familia Martínez Bordiú. Tan sólo se han conservado las rejerías, arcadas y los lienzos de la portada palaciega, que han sido desmontados y almacenados en cajas numeradas. Sin embargo, no ha quedado rastro alguno de otros elementos arquitectónicos que dieron lugar a catalogar la casa como monumento por la Consejería de Cultura.
Este inmueble, que se conoce como Casa de la Inquisición, se usó para perseguir los delitos contra la fe. Perteneció a la familia Martínez Bordiú, que ya quiso trasladar, sin éxito, la portada palaciega hasta una finca próxima de su propiedad en Arroyovil, donde el general Franco solía pernoctar cuando acudía a Jaén a cazar. La familia Bordiú vendió el inmueble pero mantuvo la propiedad de la portada del siglo XVII, construida por el arquitecto Eufrasio López de Rojas, el mismo autor de la fachada de la catedral de Jaén. Sin embargo, al no poder trasladar la portada ésta pasó también hace un par de años a manos de su actual propietario, Manuel Díez.
Díez llevaba ocho años pleiteando con el Ayuntamiento de Mancha Real, que se resistía a concederle licencia de obras para construir tres viviendas y garajes en su interior. Presentó incluso un recurso contencioso-administrativo en los tribunales en el que advertía del grave riesgo para la integridad de su familia por cuanto el inmueble se encontraba apuntalado. La Delegación de Cultura en Jaén presentó alegaciones a ese recurso con un informe elaborado por el catedrático de Historia del Arte Pedro Galera Andreu, donde se alertaba de que la construcción de viviendas "rompe todo el valor tipológico de la casa".
Ha sido el nuevo gobierno municipal de Mancha Real el que ha asumido y ejecutado la demolición amparándose en un expediente de ruina del edificio. "Se ha actuado pensando en la seguridad de los vecinos, antes de que pudiera haber una desgracia", indicó ayer la alcaldesa de Mancha Real, María del Mar Dávila, del PP. La regidora subraya que se ha actuado con la conformidad de Cultura, y con el único condicionante, sostiene, de guardar la rejería y los lienzos de la portada en cajas numeradas para que pueda ser repuesta en un futuro. Sin embargo, Cultura supeditó en su día cualquier intervención a la conservación no sólo de su portada, sino también de buena parte de la distribución de sus espacios interiores originales, como una gran escalera y un patio de estilo renacentista, de los que no ha quedado rastro alguno.
La delegada de Cultura en Jaén, Francisca Company, manifestó que su departamento elaboró un proyecto para conservar esta casa, pero el proyecto "no podía ser ejecutado por el grave riesgo de demolición existente". Company subraya, no obstante, que la Comisión Provincial de Patrimonio ha trasladado al Ayuntamiento y al propietario la obligación de preservar los elementos que dieron lugar a su protección. "La portada y el resto de elementos patrimoniales se tendrán que reponer", espetó ayer la delegada, que admitió desconocer lo que ha podido ser conservado tras la demolición del edificio.
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