_
_
_
_
Crónica:Fútbol | Quinta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Espanyol acaba con un épico Sevilla

El equipo andaluz encaja por primera vez tres derrotas consecutivas bajo el mando de Juande

El Sevilla encajó su tercera derrota consecutiva, dos en Liga y una en Champions. Algo que no le había sucedido desde hace tres temporadas, cuando Juande Ramos empezó a entrenarlo. Duele como las otras, pero fue muy distinta. El Sevilla, que tampoco perdía dos partidos ligueros seguidos desde hace tres años, acabó pagando la caraja de la primera mitad, pero luchó, hasta lo ilógico incluso, por ganar el partido. Cayó el equipo con orgullo y con el apoyo cerrado de sus aficionados. Cayó porque los errores se pagan, pero su pelea le honró por encima del mercantilismo de los puntos.

La acertada necesidad de normalidad que Juande Ramos había querido transmitir a futbolistas y seguidores tras las dos derrotas consecutivas del Sevilla obligaba a diseñar el encuentro sin alterar el plan de ruta preestablecido. El equipo que saltó al césped del Sánchez Pizjuán era escasamente reconocible y el tiempo le llevó a ganarse la calificación de flojito. Desde la lesión de Javi Navarro al entrenador le está costando mucho armar una defensa que dé la suficiente confianza a sus compañeros. El colombiano Mosquera no tardó ni un minuto en sacarle murmullos a la grada. Temblón e indeciso cuando la pelota llegaba cerca de donde estaba, acabó de sellar su destino cuando su despeje de cabeza cayó en los pies de Ángel y éste batió a Palop con un durísimo y colocadísimo disparo. En la segunda parte ya no salió, Ramos prefirió apostar por que su puesto lo ocupara el delantero Koné y que Maresca ejerciera de central y, por lo menos, aportara pase largo y activara el papel de la defensa en el juego del equipo.

SEVILLA 2 - ESPANYOL 3

Sevilla: Palop; Alves, Mosquera (Koné, m. 46), Escudé, Adriano; Maresca, Keita; Navas, Renato (Kanouté, m. 60), Duda (Capel, m. 46); y Kerzhakov. No utilizados: De Sanctis; Martí, Boulahrouz y Hinkel.

Espanyol: Kameni; Lacruz (Zabaleta, m. 77), Torrejón, Jarque, Chica; Moisés, Ángel; Valdo (Tamudo, m. 75), Jonatas (Lola, m. 65), Riera; y Luis García. No utilizados: Lafuente; Moha, Coro y Serrano.

Goles: 0-1. M. 29. Ángel aprovecha un rechace de la defensa sevillista. 0-2. M. 53. Luis García. 1-2. M. 59. Jarque, en propia puerta. 2-2. M. 67. Koné. 2-3. M. 87. Tamudo

Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Chica, Luis García, Navas, Zabaleta y Renato.

40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

El Sevilla ha sido un equipo cimentado y espoleado por la defensa desde hace ya muchos años. Una característica que ha sobrevivido a futbolistas y entrenadores y sin la que es difícil entender al equipo. Desde la defensa sevillista también nace el juego de bandas. Alves volvió a parecerse al de antes y por su lado se acabó decantando el juego de ataque de los sevillistas en la primera mitad. Adriano y Duda no fueron capaces de dominar su zona en ningún momento. Como tampoco Keita y Maresca supieron imponerse a los espanyolistas. El trabajo de Moisés y Ángel sirvió para desconectar a Renato, que apenas conectó ni con los medios ni con el ayer Palomero Kerzhakov. Tan sólo Maresca encontró una vez al ruso. Y le dejó solo con un pase entre las líneas espanyolistas. Pero Kerzhakov no superó la salida de Kameni.

El Espanyol lo estaba haciendo mejor y recibió el premio del gol. Y al Sevilla tan sólo le quedaba echarse al monte. Juande Ramos sacó a Koné y a Capel. Eso suponía dejar a Maresca de central. Algo que acabó pagando cuando Riera se escapó del italiano y puso una pelota de gol a Luis García, que no la desaprovechó. El rugido del público animando a los suyos superó cualquier tipo de duda y el Sevilla empezó a acercarse al área espanyolista. La adrenalina se comió las dudas y los tembleques y el Sevilla se fue a por el partido, que enloqueció de inmediato.

Navas y Alves encontraron el camino por el que correr y desde el que nutrir de balones a los atacantes sevillistas, que ya eran prácticamente todos. Pero fue un defensa del Espanyol el que abrió el marcador. Jarque desvió un centro de Navas y la pelota superó a Kameni, que ya había hecho dos paradones de escándalo. Para que no quedaran dudas, Juande Ramos sacó a Kanouté. A esas alturas, el dibujo de la defensa sevillista era indescifrable. El que podía atacaba y el que podía defendía.

Y nadie se borró. Así se podía ver a Koné sacar la pelota desde la frontal del área de Palop y enchufarse con genuino estilo africano hacia la portería contraria.

Es normal que el Espanyol pareciera engullido por la situación. Lo que tenían enfrente era un enjambre de voluntades enrabietadas que luchaban por la pelota con una determinación impresionante. Pero el equipo de Valverde supo evitar la descomposición y esperar su oportunidad. Que llegó. Tamudo, como no, acabó de manera magistral con una de las pocas combinaciones que lograron los espanyolistas en la segunda mitad. Y ahí murió el Sevilla. Si hubiera sobrevivido habría que empezar a hablar de algo ajeno al fútbol y hasta lo humano.

Renato, a la derecha, pelea por un balón con Jarque.
Renato, a la derecha, pelea por un balón con Jarque.GARCÍA CORDERO
Tras perder frente al Espanyol (2-3), Juande Ramos muestra su preocupación por el gran número de goles encajados en los últimos partidos.Vídeo: ATLAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_