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La aeronáutica catalana pierde peso en España

Ha habido muchos viajes de Barcelona a Toulouse, uno de los mayores polos aeronáuticos de Europa. Ha habido muchas entrevistas y muchas fotos. Y ha habido también numerosos discursos políticos, empezando por los del alcalde Joan Clos y continuando por los de Pasqual Maragall en la Generalitat, que colocaron el sector aeronáutico y espacial como la pieza "estratégica" de la industria catalana del futuro, porque crea empleo de calidad, es una actividad difícil de deslocalizar y su productividad es cinco veces superior a la media.

La industria prepara una oferta para que Cataluña albergue un centro de excelencia para el desarrollo de aviones no tripulados
La apuesta de Barcelona como sede de Galileo languidece tras la revisión del proyecto europeo: no se sabe si tendrá sede
El sector critica que la cacareada gran apuesta industrial del tripartito se haya quedado en "un deseo" y reclama dinero

Pero lo que hay hoy es esto: la industria aeroespacial catalana, desmantelada por el franquismo, ha perdido más de la mitad de su peso relativo en España en los últimos cinco años. El tripartito dibujó un plan para impulsarla, pero desde 2003 no ha hecho más que perder posiciones en España. Su momento de mayor gloria fue en 2002, aún bajo el Gobierno de CiU, cuando el negocio del sector en Cataluña llegó a representar el 4,5% del total. Hoy, con una facturación que no alcanza los 90 millones de euros, el porcentaje ha caído al 2,3%.

A los empresarios de esta industria puntera -que una vez tras otra insisten en que éste es un sector que rinde mucho, pero a largo plazo- se les nota quejosos. "El sector público es clave en nuestra industria, y para poder consolidarlo, además de capacidad, de tejido, que en Cataluña los hay, hace falta voluntad política. La voluntad política se mide en el presupuesto", espeta Pedro Mier, presidente y consejero delegado de Mier Comunicaciones, una de las empresas punteras del sector, con sede en La Garriga.

La industria catalana, agrupada en la asociación BAIE (Barcelona Aeronautics & Space Association) e impulsada inicialmente por el Ayuntamiento de Barcelona, pide ya no más, sino el mismo esfuerzo de recursos que "se ha visto en otras comunidades autónomas, como Madrid, Castilla-La Mancha, el País Vasco o Andalucía, si es verdad que se quiere apostar por el sector".

10 veces menos que Madrid

La Comunidad de Madrid anunció en 2006 una inversión de 20 milones de euros en el sector aeroespacial. Para 2007, su presidenta, Esperanza Aguirre, anunció públicamente con vistas a 2007 una inversión de 50 millones más. Fuentes del sector apuntan que el Gobierno catalán no dice cuánto piensa invertir.

La asociación BAIE -de la que forman parte 90 socios, 60 de ellos empresas privadas- estima que, por diversas partidas, en total no se superaron los dos millones de euros en 2006. El 57% de las ventas de la industria radican en Madrid, a la que siguen Euskadi y Andalucía, con un 20% cada una.

Por el camino, ha habido algunos chascos. Desde la fábrica de helicópteros del consorcio europeo EADS, a la que aspiraba Cataluña y que fue a parar a Castilla-La Mancha, hasta el intento fallido de comprar Gamesa Aeronáutica por parte de empresas catalanas, cuando todo el mundo coincide en que en Cataluña hacen falta grupos potentes que tiren del sector. Los retrasos del lanzamiento del mayor avión comercial de la historia, el Airbus 380, para el que trabajan 16 compañías catalanas -a menudo con contratos a largo plazo que implican inversiones a riesgo que no tienen retorno hasta el lanzamiento del producto-, también ha penalizado al sector.

Una de las esperanzas de Barcelona es ser sede del Proyecto Galileo, que Europa intenta desarrollar para competir con Estados Unidos con su propio sistema de navegación por satélite. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha defendido la candidatura de Barcelona en Bruselas.

El problema radica en que, tal como se ha revisado el proyecto -cada vez con mayor peso público y en el que Bruselas propone desplazar fondos de la política agrícola común para obtener 2.400 millones de euros adicionales-, "no se sabe por ahora cómo se gestionará ni siquiera si tendrá sede", comenta José Mariano López, director gerente de BAIE. El Consorcio de la Zona Franca de Barcelona ha ofrecido suelo para acoger la sede (si hay sede). No sólo por el centenar de empleos cualificados que se crearían (200 contando los indirectos), sino por la colaboración que espolearía Barcelona, que compite con 11 ciudades europeas. La decisión, en teoría, debe tomarse antes de que acabe el año.

Pero incluso si la capital catalana no se lleva el gato al agua, Galileo es una "oportunidad importantísima para el desarrollo del sector catalán", precisa Mier. "Debemos buscar eso, proyectos tractores, que tiren del sector", corrobora Joan Martorell, presidente de otro de los pesos pesados de la industria, Gutmar. Martorell reitera el retorno de los proyectos a largo plazo. "Invertir tres millones de euros en investigar en un campo puede darte un negocio de 35 millones", dice.

Una de esas locomotoras puede ser la creación de un centro de excelencia para el desarrollo de aviones no tripulados (UAV), uno de los campos de mayor desarrollo por la demanda creciente de estos sistemas para usos civiles y donde España quiere ser fuerte. La pugna entre comunidades autónomas porque un centro de UAV recaiga en su territorio se augura feroz, y ya existen contactos con el Gobierno catalán para preparar una candidatura seria. La decisión se espera para antes de que acabe la legislatura (española).

Viladecans no es clave

La paradoja en las quejas del sector, que emplea a 798 personas en Cataluña y que se siente apoyado de boquilla, es que tanto Clos (piloto, además) en el Ministerio de Industria como el actual presidente de la Generalitat, José Montilla, cuando ocupaba el mismo ministerio, "han hecho mucho por esta industria para España". El Gobierno central cuenta por primera vez con un plan estratégico para el sector aeronáutico y el sector espacial. Dichos planes pueden ser "un impulso positivo", según BAIE, porque prevén una inversión en investigación y desarrollo de 2.200 millones de euros.

Una de las apuestas por el sector ha sido la creación de un parque empresarial dedicado a la aeronáutica en Viladecans. Pero BAIE, pese a valorar la iniciativa, dice que "no es realmente clave para el desarrollo del sector". Sí ven con mayor entusiasmo las promesas de construcción de hangares de mantenimiento en el aeropuerto de El Prat, anunciada por Iberia, Spanair y Vueling.

La cola de un A-380, el avión civil más grande del mundo, en la base militar de Morón de la Frontera.
La cola de un A-380, el avión civil más grande del mundo, en la base militar de Morón de la Frontera.

El esfuerzo de las 'pymes'

Las pequeñas y medianas empresas (pymes ) catalanas están realizando un esfuerzo mayor de lo que se piensa en el desarrollo de tecnología industrial. Así lo sostiene la Fundación Cim, entidad privada especializada en el desarrollo y la aplicación de sistemas informáticos a las plantas industriales y en la producción rápida de prototipos.

Según el director general de esta institución, Juan Ramón Gom, el 60% de toda la inversión que suman los clientes del centro tecnológico de Barcelona corresponde a pymes . Las grandes multinacionales sólo suponen entre el 10% y el 15% de los clientes de la fundación. El resto son microempresas. Gom pidió ayer por este motivo más apoyo a las pymes para que puedan realizar sus ensayos tecnológicos, informa Europa Press.

Por otra parte, el director de Cim apuntó que el rasgo más característico de las inversiones en Cataluña en tecnologías de la producción es su "diversidad", a pesar de que recordó que en número de centros tecnológicos aún está "muy por debajo" de otras autonomías como Valencia o el País Vasco.

Gom valoró la tendencia a la deslocalización industrial como un fenómeno "natural y transitorio", pero advirtió de los peligros que comportaría que se deslocalizasen también los departamentos de diseño y tecnología. "Hace falta conservar el know-how (conocimiento) aquí", aseveró.

En este sentido, el responsable de la fundación pidió que se continúen promoviendo programas de formación en ingeniería en Cataluña.

Un pie en algunos proyectos estrella

Un total de 16 empresas catalanas han participado en la construcción del Airbus 380, el mayor avión civil de la historia.

Un 40% de los utillajes de la carga de trabajo que corresponde a España en el A-380 la realizan empresas catalanas.

Compañías catalanas son proveedoras de proyectos tecnológicos y científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA)

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