"Sólo pienso a corto plazo"
"Estamos condenados a vagar en el limbo", opina Agustín Graña, profesor de Tecnología en Secundaria con 23 años de experiencia en el sistema y plaza en propiedad en un instituto de Irún, pero que en los últimos años se ha visto obligado a peregrinar por cuatro centros en Vitoria para poder acomodarse a una plaza. Reside en Irún, pero como en Guipúzcoa todas las plazas tienen asignado el perfil lingüístico 2 de euskera y él no habla la lengua vasca, se ve obligado a trasladarse todos los días hasta Vitoria al Instituto de la Construcción donde imparte clase este año. "Los profesores en mi situación, con plaza en el sistema, pero sin saber euskera, estamos condenados a vagar en el limbo. Un año en cada centro. Sólo puedo pensar a corto plazo".
Calcula que, además de las tres horas que se pasa en el coche cada día, los desplazamientos y la comida le suponen gastar unos 8.000 euros al año. "Así está el sistema si quiero seguir dando clase", se queja.
Ana de Miguel es profesora interina de francés, tiene el perfil lingüístico 2, lleva 20 años en la enseñanza y ha impartido docencia en 11 centros. "El profesor tiene que conocer a los alumnos y llegar a conectar con ellos, mantener el equilibrio entre disciplina y despertar su interés con actividades que les resulten atractivas. Cuando se está varios años en el mismo centro se tiene la ventaja de tener eso resuelto. Los alumnos saben cómo trabajas y cómo eres y el profesor sabe cómo son ellos y desde el primer día el ambiente de la clase es más tranquilo".
Aunque es profesora de francés, ha dado inglés, euskera, lengua española, música, ética e historia, ya que francés sólo hay ocho horas a la semana y el resto del tiempo se completa con otras asignaturas.
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