Gordon Brown mantiene la incógnita sobre la convocatoria de elecciones anticipadas

Gordon Brown será recibido hoy como un héroe en el primer congreso del Partido Laborista al que acude como líder de la formación. La buena estrella de Brown en sus primeros meses al frente del Gobierno británico en sustitución de Tony Blair ha dado cuerpo a la posibilidad de que acabe convocando elecciones anticipadas en otoño. Ayer, en una entrevista en la BBC quiso mantener la incógnita y se negó a descartar la convocatoria. El Partido Laborista lleva meses estudiando al milímetro todo lo que se mueve en torno a Brown y en la política británica.

"Estamos preparados para ir a las urnas", proclamó el sábado Alexander Douglas, coordinador electoral laborista y hombre de absoluta confianza del primer ministro. "Queremos 10 años más en el poder", clamó ayer David Miliband, el hombre que podría encabezar el cartel laborista después de Brown. Ayer, el nuevo líder mantuvo viva la incógnita al reiterar en una entrevista en el programa Sunday AM de la BBC que lo que le importa ahora es trabajar y no pensar en las elecciones, sin descartar la opción electoral.

El principal argumento para pensar que no habrá elecciones anticipadas es la extraordinaria cautela, rayana en la cobardía, que ha mostrado siempre Brown en los momentos críticos de su carrera política. No se atrevió a retar a John Smith a la hora de suceder a Neil Kinnock en 1992 ni a Tony Blair cuando éste se le adelantó en la carrera por suceder a Smith, fallecido repentinamente en 1994. Gordon siempre se ha movido en el terreno de las tinieblas, maniobrando en su provecho, pero nunca salta al ruedo a jugárselo todo a lo loco.

El segundo argumento es que Brown se arriesga a convertirse en el primer ministro más efímero de la historia del Reino Unido. Las elecciones nunca serían antes del 25 de octubre porque ese día cumplirá 120 días en el poder, justo uno más que los 119 días que fue primer ministro el conservador George Canning, fallecido repentinamente el 8 de agosto de 1927. ¿Por qué va a correr ese riesgo el prudente Brown si a la legislatura aún le quedan 19 meses por delante y, legalmente, se puede extender hasta mayo de 2010?

La respuesta a esa pregunta es muy simple: porque hay muchas razones para pensar que Gordon Brown nunca será más popular que ahora. El buen momento de los laboristas y de su primer ministro, que ha desconcertado a la oposición, es el principal argumento para la convocatoria de elecciones anticipadas.

Los laboristas le han dado la vuelta a los sondeos desde la llegada de Brown. El último, publicado este fin de semana por el diario The Sunday Mirror, les da una ventaja de seis puntos.

Pese a las críticas de la City y de los medios a la forma en que las autoridades -sobre todo el Banco de Inglaterra y el organismo regulador, pero también el Tesoro- han gestionado la crisis del banco Northern Rock, Brown ha salido indemne e incluso ha reforzado su imagen de gestor capaz en momentos de crisis, en detrimento del líder conservador, David Cameron.

La confianza en Brown empezó a crecer gracias precisamente a las crisis que tuvo que afrontar nada más llegar al poder: intentos de atentado en Londres y Glasgow e inundaciones en el corazón de Inglaterra. El 66% de los británicos opina que está haciendo un buen trabajo, frente a sólo un 12% que piensa lo contrario. Incluso entre los votantes conservadores hay una mayoría convencida de que está haciendo un buen trabajo (51% frente a 22%).