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Reportaje:

El impuesto de la discordia

Las divergencias de los socialistas sobre el gravamen de patrimonio llegan al Ayuntamiento

Se preveía una rueda de prensa tranquila. Movilidad, datos sobre transporte (por cierto, la mayoría presentados ya por los últimos portavoces que desfilaron por el grupo municipal socialista en los últimos años) y turno de preguntas. Pero se torció cuando David Lucas, nuevo portavoz del grupo municipal socialista, fue interrogado acerca de la conveniencia de eliminar el impuesto sobre el patrimonio -el que grava las propiedades que figuran a título personal cuando su valor supere el límite exento de 112.00 euros (150.000 para la vivienda habitual)-.

Una propuesta lanzada el pasado lunes por el secretario general del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, quien argumentó, entre otras cosas, que el impuesto castiga a las clases medias. Tras la pregunta, Lucas apoyó la iniciativa sin vacilar. Pero junto a él estaba el concejal Manuel García-Hierro, que aspiró -sin lograr avales- a la Secretaría General del PSM el pasado julio y que ganó Gómez con más del 90% de apoyos. Él no estaba de acuerdo. Y así se lo dijo en voz alta a los periodistas. La sombra de la disputa volvió a planear por el grupo municipal socialista. Lucas abandonó la sala y García-Hierro inició su rueda de prensa particular.

"Los que acumulen riqueza deben pagar. A eso no renuncio", dice el edil García-Hierro

"Los que acumulen riqueza y patrimonio tienen que pagar para que el Gobierno ponga en marcha políticas solidarias. Y a eso yo no renuncio", lanzó García-Hierro. "La propuesta de Tomás Gómez no está en la línea de lo fijado a nivel federal. Así que lo que se quiera modificar tendría que hacerse en un comité federal o regional", añadió.

En el grupo municipal socialista hay más voces discordantes, aunque minoritarias. Entre ellas, la de una de las dos portavoces adjuntas, Noelia Martínez, del sector guerrista. "No creo que sea una de las medidas que debamos defender. Es el secretario general el que lo ha dicho. Pero yo no sé si eso se ha discutido en la ejecutiva; en cualquier caso, no en el partido. Y, sobre todo, no formaba parte del programa del compañero Tomás cuando fue elegido. Es algo que debería consensuarse", critica Martínez.

La otra portavoz adjunta, Ángeles Álvarez, sin embargo, apoya "absolutamente" la propuesta del secretario general, que el martes pasado convirtió en una petición a la presidenta regional, Esperanza Aguirre. "Beneficia a la mayoría de las familias de clase media, que son las que lo sufren mayoritariamente. El programa electoral del PSOE se está elaborando, y las circunstancias de un país cambian", explica. Asegura que no hay división en el PSM, y el comité regional que se celebrará mañana será la ocasión para comprobarlo.

La concejal Isabel Vilallonga, que apoyó al guerrista José Cepeda en su intento de convertirse en secretario general del PSM, tampoco comparte la propuesta de Gómez. "Ese dinero [con el impuesto de patrimonio se recaudan 430 millones de euros] puede resolver problemas como la sanidad. Y la eliminación sólo afectaría a 169.000 contribuyentes. Yo sé que en el partido esto no se ha discutido, así que la propuesta supongo que es sólo una opinión de Tomás Gómez".

Pero no sólo en los pasillos del Ayuntamiento hay voces discordantes con la primera decisión "de trascendencia en los medios", según los críticos, que toma Gómez. En la Asamblea hay un grupo de destacados diputados, algunos portavoces en las distintas comisiones, muy molestos por la sugerencia. Y no sólo por el debate político sobre la pertinencia o no de mantener el impuesto de patrimonio. Algunos se preguntan si el debate debe estar en el primer plano y si "tiene lógica" que sea la medida de Gómez con más eco en los medios desde su elección, con el 90% de apoyos en julio. "Yo no sé si estoy de acuerdo, pero tengo claro que no es el tema más relevante en estos motivos de la confrontación política en Madrid", señala un parlamentario.

Los mismos que ya llevaban unos días con un cierto runrún de insatisfacción ante las medidas propuestas por su secretario general. "Son las cosas de Gómez", se oía en la cafetería del hemiciclo madrileño. Unas voces discordantes que desde otros sectores del partido se achacan a que estos elementos críticos no han obtenido "el peso específico que esperaban tras el congreso".

Dentro de la ejecutiva también existen discrepancias. Aunque cuantitativamente minoritarios, algunos de los que lamentan la labor de oposición de Gómez han sido elementos muy próximos a Gómez durante la batalla precongresual.

"Ahora que no se quejen, porque son los mismos que le eligieron. Su línea estaba clara", comenta José Cepeda, rival en la carrera congresual. Aunque aclara que, en su opinión, "hay que dejar a Tomás trabajar porque no lleva ni 100 días".

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