La madre condenada por abusos comentó a la Diputación que "sospechaba" de su ex marido
María Jesús Barro, la mujer condenada por la Audiencia de Guipúzcoa a seis años de cárcel por maltrato y abuso sexual a uno de sus hijos, negó ayer las acusaciones, aunque manifestó que sí tenía "sospechas" de que su ex marido, sobre el que ha recaído la misma pena, "no trataba bien al niño" y que así se lo hizo saber a la Diputación.
Su abogado recurrirá ante el Tribunal Supremo la sentencia que impone tanto a su clienta como al ex marido de ésta, además de la pena de cárcel, la retirada de la patria potestad del menor. Igualmente, solicita al fiscal que promueva la aplicación de esa medida a la otra hija de la pareja. La resolución critica la actuación en este caso del Servicio de Infancia de la Diputación por no haber separado antes al niño de su familia.
Barro rechazó ayer las acusaciones contra ella, aunque admitió que su ex marido "no trataba nunca bien al niño" y aseguró que, ante esa situación, pidió "siempre ayuda". "Acudí al pediatra y le comuniqué la sospecha de que recibía malos tratos por parte de su padre y me dijo que lo tenía que denunciar a Diputación", indicó.
De esa manera, la familia se sometió durante dos años a un plan de orientación familiar organizado por la institución foral, hasta que les dieron el alta, tras lo que nació su segunda hija. La mujer señaló que "la situación en casa no era buena y siempre tenía mucho jaleo" porque, aparte de que su marido "era una persona sorda", la pareja no se llevaba bien. Según explicó, a raíz del comportamiento de su hijo en el colegio, les recomendaron que se pusiesen de nuevo en manos de la Diputación.
"Se lo decía"
Barro precisó que su ex marido trataba muy bien a la niña, pero no así a su hijo, y que ella "se lo decía" al ente foral. Añadió que les enseñaba los hematomas que presentaba su hijo, y que le respondían que estuviese "tranquila". "Hasta que exploté y dije: 'No puedo más'. Me hablaron de acogimientos temporales. Dije que sí, pero me han hundido porque, luego, han sacado todo esto de que yo he maltratado a mis hijos, que he tenido abusos sexuales, cosas que no son ciertas", abundó.
Preguntada sobre por qué no denunció el comportamiento de su marido ante la Ertzaintza, respondió que "los de Diputación" le decían que "estaban para ayudarle" y confió en ellos. Además, aseguró que nunca sospechó de que el padre abusase sexualmente de su hijo.
Su defensor, Victor Pallarés, confió en que prospere el recurso de casación que piensa presentar ante el Tribunal Supremo, al entender que se han registrado "numerosas irregularidades en el proceso", como la denegación de práctica de pruebas en el momento procesal adecuado a su juicio, y al entender que "no hay suficiente prueba" como para dictar esa sentencia.
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